La semana pasada, específicamente el día 29 de enero del año en curso, 2014, la muy admirada dama santiaguera, ensayista, educadora, socióloga y politóloga, escribió en el periódico Hoy, un artículo sobre su Santiago, que a mi modo de ver, no tiene desperdicio alguno y es digno de reflexión, para los santiagueros(as) que les duele su Santiago, sin tener intereses políticos, ni económicos de por medio; así como por los empresarios, industriales, comerciantes, chiriperos, hombres y mujeres de esta ciudad, que desean algo mejor que lo que hoy se padece. El artículo tenía por título: “Cuando Santiago Se Fuñó”.
En el mismo expresa con pesar, lo que fue y es hoy la hidalga del Cibao y lo que ya se ha establecido por otras personas que han abordado el tema en estos últimos años, debido al estado de abandono, desorden, suciedad, anarquía, caos e indiferencia que se nota y se vive en Santiago de los Caballeros. La forma en que autoridades tras autoridades han descuidado de forma grave, no solamente el día a día de la ciudad, sino algo peor, lo que es la planificación y el desarrollo de una región tan rica y laboriosa como esta ciudad.
Este ensayo al que hago referencia, derriba los argumentos que he escuchado, en el sentido que aquellos y aquellas que han criticado el estado en que hoy se padece en Santiago, es porque se tiene algo en contra de la actual gestión o porque se tiene algo personal contra las autoridades actuales, nada más descabellado. Esto no se trata de atacar a nadie, sino de que como santiagueros y santiagueras, reconozcamos lo que hoy somos y nos dispongamos a buscar las soluciones ante el desastre que vivimos. La verdad no necesita muletas.
En el escrito a citar, la acabada socióloga, ya mencionada más arriba, hace un análisis ponderado, breve, conciso y abarcador de los problemas de nuestro Santiago, veamos:
“Santiago ha experimentado un crecimiento desordenado en las últimas décadas. La ciudad es ahora un conglomerado de barrios sin planificación ni conexión adecuada, y la población pobre se ha multiplicado sin fuentes de trabajo suficientes para absorberla”. “ Este aumento poblacional es el resultado de dos fenómenos concurrentes: la migración de campos y pueblos aledaños, y la migración haitiana que ha permitido el Gobierno dominicano para ganancia empresarial”. “Las pocas avenidas grandes que se construyeron en décadas pasadas conducen a pequeñas calles fatigadas por el congestionamiento, y no se han construido vías de comunicación alternativas en los últimos años”.
“Por ejemplo, el edificio gubernamental frente al Cementerio de la calle 30 de Marzo, construido en un lugar inadecuado, impide una conexión fluida entre las avenidas 27 de Febrero y Hermanas Mirabal; y la Avenida Bartolomé Colón, que podría ser una vía expedita hacia el centro sigue siendo pequeña”.
Continúo citando: “Mientras nada se hace, la población y el número de vehículos crecen. La nueva Circunvalación, anunciada para ser inaugurada en febrero después de varios años en lenta construcción, es una obra importante pero no resuelve muchos de los problemas urbanos de Santiago”.
“Además, la gracia de la ciudad se perdió”. “Después de la reconstrucción del Monumento a los Héroes de la Restauración, el Ministerio de Cultura prohibió el acceso en vehículos”. “Se entendería un control del tráfico de noche por la cantidad de personas que visitan el lugar para la juerga, pero que no se permita subir en carro de día despoja el público del derecho a disfrutar con facilidad la vista panorámica urbana más linda del país”. “No todo el mundo es suficientemente atlético o saludable para subir a pies, y la delincuencia también desincentiva la aventura”. “El acceso vehicular debe permitirse por lo menos durante las horas del día como atractivo turístico de la ciudad”.
“El Centro Histórico de Santiago está sucio y carece de atractivos para el esparcimiento”. “Las capas medias abandonaron esta zona porque no hay novedad comercial ni recreativa”. “De día está lleno de vendedores ambulantes y de noche es un desierto”.
Sigue comentando la articulista: “La Catedral es parte importante de la zona, pero por sí misma no puede darle vida al centro urbano, y querer resaltarla sin atractivos circundantes carece de sentido social y económico”. “Las edificaciones alrededor de la Catedral hay que remozarlas con un sentido de preservación arquitectónica, y entregarlas a organizaciones que puedan darle mantenimiento y vida con fondos públicos y privados”. “Por ejemplo, el Instituto de Cultura y Arte (ICA), ubicado frente a la Catedral, trae jóvenes a la zona. ¿Por qué quitarlo del lugar como se rumora?”
“Santiago carece de una clase empresarial que cuente con oídos atentos en la clase política peledeísta, partido que ha gobernado el país la mayor parte de este tiempo”. “El PLD nunca tuvo su fuerte en Santiago, ni ha comprendido el potencial de esa ciudad; y los principales políticos peledeístas de Santiago han emigrado a Santo Domingo, estableciéndose allí en otros cargos con otras prioridades”. “Por otra parte, la fuerte emigración de empresarios y capas medias hacia Santo Domingo y el exterior también ha contribuido a hacer de Santiago, por primera vez en la historia republicana, una ciudad de segunda, no la segunda”.
“Para agravar la situación, el alcalde surgió de un parto político forzado, los partidos se pelean en la Sala Capitular, y la basura y los hoyos se acumulan en las calles. Ah, y para colmo, las Águilas Cibaeñas andan descarriadas”. “Oh Santiago, quién te vio y quién te ve, como hace años escribió el distinguido don Arturo Bueno”.
Pienso que este artículo es motivo de que se pueda, como expresé, analizar, discutir de forma abierta y reconsiderar sin querer tapar el Sol con un dedo, de las fallas que existen, para buscar las soluciones de forma correctas, oportunas y sinceras de una vez por todas. Sin demagogias ni discursos aéreos, que se note el verdadero deseo por resolver lo que a todas luces, se nota, se huele, y se percibe en nuestro Santiago querido.
Nuestro más profundo deseo es compartir este escrito con otros que al igual que yo, puedan sentirse avergonzados, al leerlo, porque realmente aman lo que era Santiago, sabiendo que nuestra ciudad, se nos cae ante nuestros ojos. Quien tenga oídos para escuchar que escuché y quien tenga ojos para ver, que vea lo que no necesita espejo.