Con la desaparición física del general PN doctor Juan de la Cruz Martínez por un aparatoso accidente vehicular el día 13 de este mes, la Policía Nacional pierde a uno de sus más eficaces, honestos y carismáticos oficiales, el país pierde a un ser humano de condiciones no comunes como persona y como policía, y quienes lo valoramos y apreciamos en vida, a un afecto inolvidable.
Avalan esos juicios de valor que en la historia de las relaciones públicas del llamado “cuerpo del orden”, los tres personajes que los comunicadores consideramos súper estrellas fueron los generales Bolívar Belliard Sarubbi, doctor Francisco Jerónimo Graciano de los Santos y doctor Juan de la Cruz Martínez.
Cuando De la Cruz Martínez dirigió relaciones públicas de la PN, teníamos conversatorios privados largos donde estaban, no sé ahora, archivos del departamento, y él no alardeaba de conocer más que nadie, sino precisamente lo contrario, procuraba la versión de los comunicadores relacionada con los acontecimientos diarios que involucran a la institución, conocedor de que las salas de redacciones de los periódicos son fuentes de conocimientos.
De la Cruz conseguía así un arqueo de los sucesos diarios y las terapias para recomendar a su jefe, y el único jefe policial que hacía lo mismo que De la Cruz en su despacho fue Ramón Alcides Rodríguez Arias.
Cuando iniciaba la jefatura de un comando, no preguntaba “por dónde sale el sol” (cuales son las fuentes de ingresos de dinero), sino un informe de los principales delincuentes, procediendo a su estudio para actuar.
Por Ubi Rivas