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martes, 24 de diciembre de 2013

Siempre habrá un mañana

 
Hay momentos en la vida que piensas que todo se te derrumba y nada puedes con ello. Hay momentos en que piensas que si otros no lo han podido lograr, tampoco tú lo podrás hacer realidad. Siempre que se desea algo, sino lo concibes posible primero en ti, no podrás hacerlo realidad en otros que esperan que tú seas quien le muestres esa esperanza en lo que dices creer o en lo que dices que será posible.

Trata de que hoy puedas vivir a plenitud estando complacido con lo que intentaste y que te puedas sentir con agrado por lo que has hecho, siempre que tú mismo te sientas conforme con tu empeño. El éxito que hoy has logrado, no es fruto del azar, porque ese no se sostiene en el tiempo, sino solamente lo que es el resultado de la constancia, perseverancia y esfuerzo. Tu éxito siempre será del tamaño de tu empeño.

Hay cosas que hoy te parecerán duras y hasta desesperantes pero no hay mejor alivio que el deber cumplido, la responsabilidad realizada, y el saber que lo que no pudiste terminar o lograr lo has depositado en manos de Dios con tus oraciones y confianza de fe y esperanza. Veras el ayer de hoy, como el Creador realiza y completa tu ayer con tu mejor hoy, haciéndote ver que tu eres importante para El y que te tiene presente.

Siempre existirá quien intente quitarte o robarte tu tranquilidad, paz y fortaleza que posees, esto no es agradable en aquellos que no han podido conseguir nada, sino es fruto del engaño, el robo, la estafa, la corrupción y la mentira. No hay mejor libertad que aquella que te permite no estar atado a las vanidades y egoísmos. Vive siempre con la esperanza de que a pesar de la oscuridad más profunda, siempre habrá un mañana que te dará la oportunidad de reivindicar y mejorar lo que ayer no pudiste lograr.

No realices en tu vida nada que pueda perturbar tus sueños, porque nada vale la tranquilidad que puedas haberte ganado a esfuerzo. No te rindas en este día, a pesar de que creas que no tienes salida, no cedas a tus buenos deseos y sentimientos, y mucho menos permitirte rendirte ante las luchas que estás llevando, porque esto se te puede volver una costumbre que te hará siempre renunciar a tus ideales y tus creencias.

Lic. Jordi Veras.