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lunes, 9 de diciembre de 2013

Mandela, el homenaje que no cesa


.- No hay descanso para el recuerdo de Nelson Mandela. Han pasado cuatro días desde su fallecimiento, pero cada vez son más las personas que se suman a los múltiples homenajes que se le brindan en toda Sudáfrica, y siempre en tono festivo.

En Johannesburgo, ni siquiera la lluvia que cayó hoy durante buena parte del día disuadió a los ciudadanos, que siguen cantando, bailando y depositando flores en cada rincón que tuvo alguna significación para el expresidente de Sudáfrica.

El acto más emotivo de cuantos se celebraron hoy tuvo lugar en la Fundación Nelson Mandela, donde el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu exaltó el coraje de una persona capaz de vencer al rencor que pueden generan los 27 años que sufrió en prisión por su lucha contra el régimen racista del "apartheid".

"Lo deshumanizaron, le tuvieron durante años y años picando piedras, pero en lugar de engendrar odio y rencor optó por perdonar y continuó con su tarea de reconciliación", destacó el también arzobispo emérito de Ciudad del Cabo.

"¿Qué habría pasado si llega a morir en prisión? Afortunadamente no pasó y así Madiba (nombre popular de Mandela) salvó al mundo", añadió Tutu ante una audiencia de centenares de personas, entre las que se encontraba uno de los abogados que asesoró a Mandela en el famoso juicio de Rivonia (1964), que le condenó a cadena perpetua.

La reunión, a la que también asistió el músico Peter Gabriel, culminó con un cántico "gospel" colectivo que entonó varios temas dedicados al héroe sudafricano, fallecido el pasado jueves a los 95 años en su casa de Johannesburgo.

En la misma Fundación, aunque en un tono más solemne, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que mañana asistirá al oficio religioso en el estadio FNB de Soweto, definió al expresidente sudafricano como un "gigante de la justicia" que logró derrotar al "apartheid" con "humildad y decencia".

El secretario general de Naciones Unidas recordó el encuentro que ambos mantuvieron en febrero de 2009, en el que Mandela le dijo: "No solo fui yo. Hay cientos de personas desconocidas que lucharon por la misma causa".

"Sus palabras me conmovieron profundamente", admitió Ban Ki-moon ante los periodistas.

Y una vez más, como cada día, Soweto, el antiguo gueto negro de Johannesburgo en el que Mandela vivió durante quince años, puso la nota de mayor color.

Allí, la organización activista Avaaz levantó un muro de 20 metros de "gratitud" y "amor" global hacia Madiba para llenarlo con mensajes de todo el mundo, que solo tardaron unos minutos en llegar.

"Una persona solo muere si no puede cumplir sus objetivos. Un hombre solo muere cuando es incapaz de cambiar el mundo. Ésa es la razón por la que Mandela nunca morirá, vivirá en todos los actos de aquellos que le inspiraron, por sus creencias y acciones", escribió Santiago, de Colombia.

Katri, de Chile, indicó: "Nos enseñaste cómo luchar con palabras y hacer lo imposible, posible. Gracias por todo, nuestros corazones irán contigo".

Los homenajes se completaron en Ciudad del Cabo, donde las dos cámaras del Parlamento sudafricano celebraron una sesión conjunta especial en la que la familia de Mandela estuvo representada por su nieto Ndaba y en la que sonaron fragmentos de los discursos que pronunció cuando fue presidente (1994-1999).

La sesión era abierta al público y la respuesta fue tal que los responsables de seguridad se vieron obligados a cerrar las puertas por falta de espacio.

En esta misma ciudad, la famosa "Table Mountain" fue iluminada con un láser que proyectaba la cara y el nombre de Mandela sobre su superficie.

El Gobierno de la provincia del Cabo Occidental explicó que esta montaña fue un símbolo para Madiba durante los 18 años que estuvo encerrado en la famosa prisión de Robben Island, isla situada frente a Ciudad del Cabo.

Las celebraciones continuarán mañana con el acto más multitudinario, el oficio religioso oficial, al que asistirán cerca de cien jefes de Estado, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Obama figura en una lista de oradores de la que también forman parte los presidentes de Brasil y Cuba, Dilma Rousseff y Raúl Castro, respectivamente.