(InfoCatólica) «Mons. Müller», ha sentenciado el cardenal suizo, «no ha hecho otra cosa que invocar la doctrina de la Iglesia, reiterando lo que ha sido indicado sobre esta cuestión concreta cuando Joseph Ratinzger era el cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe».
Además ha asegurado que «cualquier examen del problema debe tomar como punto de partido esas enseñanzas, que corresponden a la clara voluntad de Jesucristo».
El cardenal ha sentenciado que cualquier actividad pastoral no puede ir en contra de la enseñaza de la Iglesia: «Las nuevas formas de expresión pastorales solo pueden desarrollarse a la luz de la verdad doctrinal».
Además ha asegurado que «cualquier examen del problema debe tomar como punto de partido esas enseñanzas, que corresponden a la clara voluntad de Jesucristo».
El cardenal ha sentenciado que cualquier actividad pastoral no puede ir en contra de la enseñaza de la Iglesia: «Las nuevas formas de expresión pastorales solo pueden desarrollarse a la luz de la verdad doctrinal».
Repercusiones ecuménicas
Precisamente Mons. Müller hizo referencia en su artículo «La fuerza de la gracia» al error que cometen las iglesias ortodoxas en esta materia y sus consecuencias en el diálogo ecuménico:En Oriente este desarrollo prosiguió su curso y condujo, especialmente después de la separación de la Cathedra Petri, a una praxis cada vez más liberal. Hoy existe en las iglesias ortodoxas una multitud de causas para el divorcio, que en su mayoría son justificados mediante la referencia a la Oikonomia, la indulgencia pastoral en casos particularmente difíciles, y abren el camino a un segundo o tercer matrimonio con carácter penitencial. Esta práctica no es coherente con la voluntad de Dios, tal como se expresa en las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio, y representa una dificultad significativa para el ecumenismo.