Dos ciudadanos del mundo se encuentran un día en una esquina cualquiera del planeta. Estaban cansados de andar sin encontrar un lugar donde le fuese posible vivir. De repente, por intervención del destino sus miradas se encuentran, sus energías se atraen y se ponen a conversar de una manera amena y natural como si se hubiesen conocido de toda la vida.
A su conversación le surge el interrogante sobre dónde le gustaría pasar el resto de sus días. Uno de ellos le dice al otro: “Por casualidad has oído hablar de una isla en el Caribe rodeada de mares y playas hermosas, de un color azul intenso, de blancas arenas, con un sol radiante, con un clima privilegiado? Es una tierra con altas palmeras, riachuelos que cruzan sus verdes montañas, con unos valles llenos de esplendor. Me dicen que Dios vive enamorado de esa isla, la cuida y la protege como una de sus favoritas porque a sus habitantes les han pasado tantas calamidades a través de su historia, y ¿sabes qué?, siguen sonriendo. Con decirte que desde que Cristóbal Colón los descubrió en 1492 y los deslumbró con sus espejitos, grandes armaduras y vestiduras despampanantes exterminando a sus primitivos habitantes, ellos tienen un amor hacia lo de afuera que para nada valoran lo de ellos.
Colón y sus españoles le dejaron este postulado como herencia: valoren lo extranjero porque lo de ustedes es débil. Le vendieron esa idea y por muchos siglos se la han creído. Tú y yo podemos llegar allí hacernos ricos y ellos nos van a adorar. Hasta podemos montar negocios y te aseguro que el nuestro prosperará más que el que está al lado aunque sea de uno de ellos.
Pero te sigo contando para seguirte entusiasmando. Allí se baila como en ninguna parte del mundo, esa gente sabe que tienen sangre en las venas y lo demuestran. Tienen un ritmo que le llaman merengue, el cual invita al movimiento de caderas y de todo el cuerpo. De la comida, ni hablar, cuánto sabor, cuanto sazón, ese sancocho en leña o ese cerdito a la pulla. Bueno, te digo que es mejor probarlo para que sepas lo que es bueno.
Sus habitantes han tenido que aprender a vivir como puedan porque como te había dicho han tenido un sistema gubernamental que no les ayuda en nada. Han tenido dictaduras horribles que le han robado a sus mejores hijos e hijas. Luego compraron y adaptaron un sistema llamado Democracia Representativa pero eso sólo representa a los intereses de los propios partidos políticos y a sus políticos. La ciudadanía tiene que coger su lucha y salir hacia delante como pueda y sobrevivir en el día a día, pero como te decía lo más especial del caso es que con todo lo que esa gente ha pasado siguen sonriendo y bailando como si nada estuviese sucediendo.
¿Por qué tú y yo no nos damos una oportunidad y nos arriesgamos a vivir un tiempo a ver que tal nos va en esa isla? Ya hemos andado mucho y no encontramos sosiego, ¿qué te parece?
El otro que ha permanecido atento y silente le responde: “ Pues claro, vamos para allá a ver que tal nos va, lo único es que escuché por ahí que, ahora ellos tienen una nueva Constitución que dice que somos extranjeros en tránsito y hay que ver cómo nos tratarán, si nos darán una residencia temporal, si luego de establecernos y tener descendencia nos quieran despojar de todo, sin más ni más….”
La autora es Abogada y docente universitaria