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martes, 29 de octubre de 2013

Sin desesperación ni desesperanza

"El mejor maestro es el tiempo, sin necesidad de que hagas preguntas, te da las mejores respuestas".(Anónimo). "El hombre planea su futuro, pero Dios le marca el rumbo". (Anónimo).

He comentado en otras oportunidades, respecto al caso cuando me han preguntado por los tantos incidentes y aplazamientos que en el mismo se han suscitado, que la ventaja que tengo como víctima en este caso, es que soy abogado y como ejerzo en los tribunales estoy consciente de cómo se manejan los imputados y ciertas defensas técnicas que no saben utilizar los escrúpulos ni la capacidad, sino la necedad, pero gracias a Dios, tenemos la actitud suficiente para soportar eso.

No es cierto, que por más “distorsiones” que uno pueda escuchar y soportar y que pueda sobrevenir de partes contrarias, no voy a caer en el mismo juego de desesperación que ellos visiblemente muestran cada vez que se acerca o están en audiencia. Si buscaré por los medios que ofrece la ley y los procedimientos, de que más temprano que tarde, el juicio de fondo sea iniciado y se puedan ventilar las pruebas aportadas.

Después de que perdiera a mi madre hace unos años, he aprendido que todo en la vida tiene su momento y tiempo marcado por el Todopoderoso, por más que nos afanemos, ese instante llegará. Por más que estos imputados se afanen en prolongar su suplicio, llegará la ocasión en que el juicio tenga que iniciar, con la ayuda de Dios, y en este se podrá observar quién ha estado hablando con la verdad y quién no.

Cuán grande es la fe que no se apresura, saber esperar con paciencia la voluntad de Dios y los parabienes de su Gracia. He aprendido con mi proceso, que existen cosas para las que no tenemos el control, solo nos queda confiar y depositar nuestra entera confianza en los designios de Dios. Esto no quiere decir que te "eches" a dormir en tus laureles o que pienses que todo en la vida se te dará fácilmente. No, sino que hagas todos los esfuerzos de tu lado y hasta lo humanamente imposible, pero que le dejes a Dios confiadamente lo que no puedes manejar o llevar acuestas.

Viendo parte del proceso, he podido constatar lo siguiente: hasta dónde es capaz de llegar la maldad de un ser humano; la ambición de algunos, que por retribución, llegan a permitir que le pisoteen su dignidad; del bajo nivel de respeto, de deslealtad y de decencia, en el que ha caído o nuestra profesión; entre otras cosas. Siempre en la vida y para ellos debes estar preparado, encontrarás en el camino quien te quiera quitar las esperanzas, el deseo de luchar y el seguir teniendo fe en el Creador; siempre soplan vientos de desaliento a nuestro lado, la labor nuestra es seguir luchando junto a El, aunque hayan cosas que no comprendamos en el principio, al final, el Altísimo podrá escribir en la realidad, de manera que puedas entender tu objetivo en la vida y tu esfuerzo.

Es por todo lo indicado más arriba, y por el gran apoyo que constantemente ha servido del mayor estímulo, que no vamos a desesperarnos ni a perder la esperanza en que los implicados en el caso, sean sancionados de forma ejemplar, no para logro personal, sino para triunfo de una sociedad que necesita desafiar a la delincuencia y el crimen organizado para evitar que se haga dueño de nuestros sueños.

He aprendido que las grandes pruebas de la vida, no debemos verla como castigo, sino como forma y manera de aprender de las mismas y que sirvan para fortalecerte, no para debilitarte. La próxima audiencia está pautada para el 16 de diciembre del año en curso, 2013, con la gracia de Dios estaré presente con el mismo ahínco y deseo de justicia. No voy a caer preso de la desesperación ni la desesperanza, con Dios delante.
Lic. Jordi Veras