Han transcurrido ya cuarenta meses, desde el 2 de junio del 2010, cuando fuimos objeto de un atentado a nuestra vida. Y es mucho lo que ha sucedido y lo que se ha hecho desde entonces, pero no estamos cansados ni siquiera agotados, estamos dispuestos a seguir adelante, no por un ánimo de venganza, que gracias a Dios, no anida en nuestro corazón, pero si estar consciente que tenemos un compromiso con esta sociedad para que hechos de esta naturaleza no queden impunes.
Hemos ido, paso por paso en estos tres años y cuatro meses, respetando los procedimientos legales que indica y obliga la normativa procesal penal vigente. Hemos tratado de que en cada etapa del proceso, no haya habido ninguna violación contra los imputados; a nosotros no nos interesa llevar a cabo un juicio que termine con una sentencia que no sea ejemplar.
Hemos sido más que pacientes a través del tiempo con los incidentes, en su mayoría retardatarios e injustificados, planteados por los distintos abogados de la defensa que han desfilado por el plenario asumiendo la representación de los siete imputados, incluyendo Adriano Román, quien ha logrado que a su alrededor, exista una defensa colectiva y realizada en forma de concierto a sus requerimientos y objetivos más bajos. Sabemos y estamos conscientes a quienes nos enfrentamos, criminales organizados que ya conocen el sistema porque han estado en otras ocasiones en estrados, aun así y pesar de todo, no vamos dejar de buscar justicia y sanción en contra de éstos imputados, porque estamos del lado de la verdad.
En audiencia Preliminar tuvimos que soportar catorce envíos que se prolongaron por cerca de diez meses, todo por la motivación de Adriano Román y los demás imputados, que con sus incidentes, como ya indicamos, han buscado retardar y eternizar el proceso.
Ahora, en audiencia de fondo, en que nos encontramos, se han dado siete envíos, todos y cada uno, provocados por los imputados, desde los más insólitos, hasta los más ridículos y vergonzosos. No buscamos ni pretendemos, de los abogados de los imputados que no las pongan fácil, porque no somos profesionales del derecho de esa clase, ni tenemos temor en litigar, pero que se haga, con al menos lealtad procesal y argumentos reales, no que el objetivo principal sea la búsqueda del reenvío, así por así. Esto lo que genera es pena y vergüenza, porque aún teniendo algunos, la capacidad, la mal utilizan.
En la última audiencia de fondo, el lunes treinta próximo pasado, en seis horas de audiencia, el tribunal tuvo la disposición iniciar, sin embargo, hubo de conocerse cerca de siete incidentes, desde una inhibición y una nueva recusación, pasando por la declinatoria por sospecha legítima planteada de nuevo, hasta intento de cambiar de abogado; cuando los imputados y abogados se dieron cuenta que se agotaban sus incidentes y era inminente el inicio del juicio, procedieron los abogados privados de Candy Caminero, a solicitar la renuncia de la defensa de dicho imputado y por dicha acción: irrespetuosa, calculada y con mala intención para enviar la audiencia; el tribunal, a solicitud del Ministerio Público, y el actor civil, procedió a condenar a dichos abogados por su actitud desleal y de tigueraje profesional y comunicar al acción al Colegio de Abogados, por falta de ética en el ejercicio.
En estos cuarenta meses, hemos visto de todo, y estamos conscientes de que esto que ha ocurrido y ocurre, que entre audiencia preliminar y fondo, se han dado veintiún envíos, todos y cada uno, provocados por los imputados.
La próxima audiencia será para el 17 de octubre, del año en curso, 2013. Tal como hasta ahora, si Dios lo permite, estaremos preparados como lo hemos estado desde siempre.
Como forma de justicia, el mismo día 2 de octubre próximo pasado, que se cumplían los cuarenta meses, como hemos dicho, se conocía, de forma diosidente, la audiencia en la Cámara Penal de la Corte de Apelación de Santiago, que se trataba del recurso de apelación interpuesto por nosotros y el representante de la sociedad, en contra de la decisión que otorgó fianza a los imputados Roberto Zabala Espinosa y Arturo Ferreras del Castillo (a) Moreno, en el mes de mayo; esta Corte varió la sentencia y la medida de fianza por prisión preventiva de nuevo.
Así como hemos actuado en estos tres años y cuatro meses, o lo que es lo mismo, cuarenta meses, seguiremos adelante, sin bajar la cabeza ante el vivo deseo de desmeritar el proceso por parte de los imputados. Hemos sido formados para iniciar las cosas y llevarlas a su fin, es una responsabilidad como ser humano, profesional y como ciudadano de una sociedad que debe enfrentar el crimen organizado y la delincuencia para no seguir dándole paso a la misma. Si bien, no ha sido fácil el camino, estamos confiados en el Creador, que no estamos solos y conscientes de que no hay mejor gracia, que estar fortalecido por la presencia de Dios a nuestro lado..