Con esta convocatoria a una "Jornada de ayuno y oración por la paz enSiria, en Medio Oriente y en el mundo", el Papa se ha colocado en el centro de los acontecimientos mundiales y ha emprendido una verdadera cruzada por evitar un agravamiento de la violencia en esa región del globo.
El ayuno tiene un sentido religioso, pero también es un tradicional modo de protesta laico. Y la paz es una bandera que une voluntades por encima de las confesiones. Es por ello que francisco-suma-adhesiones-su-vigilia-la-paz">la iniciativa de Francisco ha recogido muchos apoyos.
Casi la totalidad de la clase política italiana ha expresado su adhesión, al igual que los sindicatos y los representantes de las comunidades judías e islámicas.
Desde la propia Siria, llegó una carta del Gran Muftí de Damasco, Ahmad Badreddin Hassou, líder espiritual del Islam sunnita, expresando su gratitud por esta convocatoria y su deseo de llegar a Roma para estar junto a Francisco.
También el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I, respondió a la invitación del Papa: "La Iglesia de Constantinopla –dijo- aplaude la iniciativa de Francisco de llamar a los cristianos de la Tierra a unirse en oración y ayuno el próximo sábado, para que prevalezca la paz en el incandescente territorio sirio, con la esperanza de que Dios ilumine la mente de los responsables políticos y se evite la acción militar que, inevitablemente, provocará la muerte de víctimas inocentes".
Desde Polonia, el mítico líder del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, anunció que seguirá las instrucciones de Francisco y se sumará al ayuno y oración. Reclamó una solución dialogada y el nacimiento de "un gobierno supranacional" y "una política común a través de un sistema de decisión multipolar basado en la solidaridad".
En América Latina, los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales –éste último acaba de reunirse con el Papa- anunciaron su adhesión a la iniciativa papal, mientras que la presidente argentina, Cristina Kirchner, citó a Francisco para expresar su oposición a la intervención armada en Siria, durante la Cumbre del G20.
En la Catedral de Buenos Aires, el rezo del Rosario se iniciará a las 10.45. Luego, a las 11:30, el arzobispo Mario Poli oficiará la misa. El Santísimo Sacramento quedará expuesto para la oración de los fieles hasta las 18 horas. Luego, a las 20:00, por iniciativa de los peregrinos a la Jornada Mundial de la Juventud en Rio, los jóvenes se reunirán en la catedral para rezar por la paz.
Cómo será la vigilia en El Vaticano
Los fieles podrán ingresar en la plaza San Pedro, desde las 16:30, hora de Italia. La meditación se iniciará a las 18:30, con la lectura del texto con el cual el domingo pasado, durante el Ángelus, el Papa convocó a la "Jornada de oración y ayuno por la paz en Siria, Medio Oriente y el mundo entero".
A las 19 horas se iniciará la velada propiamente dicha con la entronización de la Madonna "Salus Populi Romani", patrona de Roma, que saldrá desde el obelisco, cargada por cuatro guardas suizos. Inmediatamente después, se rezará el Rosario, con la guía del Papa. Al comienzo de cada misterio, habrá lecturas bíblicas y de una poesía de santa Teresita del Niño Jesús. Además, al final de cada misterio, se ha añadido también la invocación "Reina de la paz, ruega por nosotros". Esta primera parte se cerrará con la meditación del Sumo Pontífice, alrededor de la hora 20, 20.30.
Después del mensaje de Francisco, se iniciará la segunda parte de la vigilia, de carácter más eucarístico. La adoración eucarística estará organizada en cinco tiempos, con lectura bíblica, una oración de Pío XII, invocaciones en forma de responsos y cantos, todo ello en torno al tema de la paz, además de momentos de silencio para la adoración personal.
Al término de cada uno de estos tiempos, cinco parejas, en representación de Siria, Egipto, Tierra Santa, Estados Unidos y Rusia, harán la oferta del incienso, al costado del altar.
Luego comenzará el oficio de las Lecturas. El pasaje del Evangelio elegido es Juan 20, 19-29.
Antes de concluir la ceremonia, definida por el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, como "una de las vigilias más largas" organizada en el Vaticano, habrá, entre las 22:15 y las 22:40 un largo momento de silencio. Por último, el Papa dará la bendición eucarística.
Durante la vigilia, a partir de las 17:45, los fieles que lo deseen podrán confesarse ante 50 sacerdotes distribuidos a izquierda y derecha de la plaza bajo las columnas.