Los investigadores dijeron que Aaron Alexis de 34 años de edad, se la pasaba practicando tiro al blanco con un rifle de asalto, cuyo permiso le fue otorgado por el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), pero no está claro si hasta ayer, la autorización para portar el rifle estaba vigente.
Alexis, de quien sus conocidos en Nueva York, sostienen tenía cierta vocación de violencia cuando era joven, nació en una casa de la calle 77 en Flushing (Queens) de donde se fue a Brooklyn, luego a Richmond Terrace en Staten Island y en el Boulevard Adam Clayton Powell al Este de Harlem y luego vivió en varias ciudades de Estados Unidos entre ellas Marietta en Georgia, Bellevue en Washington y más recientemente en Fort Worth (Texas).
Se unió a la reserva naval en el 2007 y salió en el 2011. Se dijo que había sido contratado por la Marina de Estados Unidos para realizar algunos trabajos como subcontratista, aunque no se ha especificado el tipo de labor que prestaba.
Trece víctimas mortales y numerosos heridos fue el saldo de la balacera protagonizada por Alexis en la base naval de la capital estadounidense y los investigadores creen que estaba acompañado por un cómplice de unos 50 años de edad y pastillas canosas y también afroamericano que logró escapar al fuego.
Alexis estudió en la Escuela Secundaria Hillerest de Queens y el 3 de julio de 1997, hirió de un botellazo en la cabeza a otro estudiante durante una pelea.
Cuando se mudó a Nueva York, solicitó el permiso al NYPD para portar el rifle de largo alcance. Fue detenido dos veces en Fort Worth por disparar un arma en el lugar público en el 2010 y en el 2004 en Washington acusado de causar daños maliciosos.
En ambos casos los fiscales no lo procesaron y se desconoce la razón.
No se ha especificado si Alexis era un contratista del Departamento de Defensa o un empleado civil del ejército de Estados Unidos, específicamente en la Marina.
Según los detalles de la matanza, Alexis al parecer, usó la identificación de un empleado del Navy Yard para poder entrar a la histórica instalación, una de las primeras construidas en Estados Unidos por la Marina y luego abrió fuego contra militares y civiles que estaban en la instalación.
El móvil de la masacre no ha sido clarificado por los investigadores que desde ayer buscan desesperadamente ponerle piezas al rompe cabezas.
Poco después de la matanza en Washington, la policía de Nueva York reforzó la seguridad en sitios estratégicos de la ciudad que incluyeron centros de reclutamientos del ejército norteamericano.
Alexis cayó abatido en un intercambio de disparos con agentes del equipo SWAT de la policía de Washington que acudieron a la escena.
La nueva matanza volvió a sacudir a los norteamericanos e inmigrantes extranjeros, que todavía tenían frescos en sus mentes, los más recientes casos de masacres perpetradas en diferentes lugares de la nación.
Autor: Miguel Cruz Tejada