La jefatura de Estado Mayor de la Marina de Guerra dispuso que el guardacostas “Proción” GC-103, se hiciese a la mar para esparcir las cenizas de uno de sus hijos más meritorios, el vicealmirante Francisco Javier Rivera Caminero.
El alto oficial dirigió los destinos de la institución naval en dos ocasiones, como jefe de estado Mayor de la Marina de Guerra en los períodos 1961-1965 y 1975-1978. También fue el fundador de la Academia Naval, y designado Ministro de las Fuerzas Armadas en 1965.
Su impecable e íntegra trayectoria en los diferentes estamentos que le tocó dirigir es motivo de elogios aún en nuestros días. Como amante del mar que fue y por su pasión desbordante a su querida Marina de Guerra, la señora Delgis Nardi de Rivera Caminero, y sus hijas, Rosanna y Gretna Rivera Nardi, decidieron que el vicealmirante Rivera Caminero tuviese su última travesía, y que descansase en las aguas territoriales de ese mar Caribe que tanto amó y defendió.
Francisco Javier Rivera Caminero
Francisco Javier Rivera Caminero en las aguas territoriales del mar Caribe. Francisco Javier Rivera Caminero Durante su carrera naval ocupó distintas posiciones de manera ascendente, ingresando como guardiamarina de la Academia Naval el 5 de abril de 1948. Fue designado Ministro de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, el 10 de septiembre de 1965, ocupando las posiciones más relevantes y de responsabilidad que un oficial puede ostentar Director de la Academia Naval César D’Windt Lavandier, en 1963; agregado naval de la República Dominicana ante la Junta Interamericana de Defensa en Washington; asesor naval del Presidente de la República, en 1967; jefe del cuerpo de Ayudantes Militares, en 1973; supervisor general de la Compañía Dominicana de Electricidad, en el mismo año. Estuvo al frente de las misiones con motivo de la celebración de la fundación de la Marina de Castilla; viajó a Dinamarca en busca el vapor Nuevo Dominicano III, adquirido por el gobierno. Fue enviado especial a El Vaticano como jefe de misión especial, designado por el Poder Ejecutivo, a la exaltación del cardenal Monseñor Octavio Beras Rojas. Participó en la VIII Conferencia Naval Interamericana CNI, celebrada en Río de Janeiro, en 1976. Asimismo, recibió las más importantes condecoraciones, como la Orden al Mérito Militar, con distintivo Blanco; Orden al Mérito Policial en la primera clase, con distintivo verde, blanco y azul; Orden al Mérito Naval, con medalla de honor; Orden al Gran Cordón de Juan Pablo Duarte; Gran Mérito Duarte, Sánchez y Mella Grado de Oficial; Orden del Mérito Gran Cruz de España; Orden del Mérito Bernardo Higgins de Chile, entre otras.
Su familia, a la que tanto amó; y su Marina de Guerra adorada, le dieron el último adiós a sus restos, sabiendo con certeza, que su alma hace años atracó al puerto seguro de la eternidad.