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viernes, 9 de agosto de 2013

El suigeneris comportamiento del dominicano



En el lenguaje jurídico la palabra sui generis significa especial, singular. Observando y haciendo una comparación de los comportamientos de diferentes nacionalidades, los individuos nuestros, los dominicanos son únicos e irrepetibles. Quizás tenemos que buscar el origen de nuestra forma de actuar en nuestra historia misma, ya que como expresará nuestro excelente cantautor Juan Luis Guerra: somos una mezcla multicolor de razas y costumbres. Fuimos descubiertos y colonizados por los españoles, ocupados en un momento por los franceses, en otro por los haitianos e invadidos por los norteamericanos por dos ocasiones.

Y parece ser que con tantas ocupaciones e intervenciones heredamos de todos ellos un poco: de sus culturas, costumbres, leyes, hasta llegar a ser lo que somos: gente sumamente especial , difícil de entender y de llegar acuerdos.

Mi reflexión se sustenta en simples ejemplos que evidencian nuestra especialidad conductual. Por ejemplo, cuando un dominicano se va al extranjero acoge de buena forma, las leyes, las costumbres, las reglas, la cultura de ese país. Respeta en todas su partes sus esquemas y el estilo de vida de ese país, sin emitir queja alguna, pero cuando llega aquí no quiere respetar a nadie ni a nada.

Quieren conducir como quiera.

Quieren hacer escándalos en las calles o donde sea. Vienen a pasar unos días y quieren llevarse el mundo por delante sin ningún control. En otros países pagan impuestos aquí no quieren pagarlos. Respetan las normas de la etiqueta y el protocolo, llaman antes de llegar a un lugar, aquí se te aparecen sin previo aviso. No te piden excusas si te dejan plantado o si son impuntuales. Estos son algunos ejemplos de lo que suelen hacer.

No sé si esta forma de comportamientos se debe a la transculturación que sufren en aguas extranjeras o quizás se deba al apoyo psicológico y emocional que sienten por estar en su tierra natal.

O quizás sea el reflejo de la falta de educación que como Pueblo tenemos. Una vez más, sea usted el jurado.

La autora es Abogada y docente universitaria.

Josefina Almánzar
Josefina Almánzar