Según el Post, "la iniciativa incluye no sólo el reclutamiento de estudiantes extranjeros para estudios especiales dentro de Irán, sino también la difusión directa a los países latinoamericanos a través de la construcción de mezquitas y centros culturales y, a partir del año pasado, la cadena de televisión por cable que transmite programación iraní en español (por la señal HispanTv)".
El matutino cuenta la historia de Carlos, un joven mexicano estudiante de abogacía que reveló que hace dos años fue invitado a participar de estos cursos en Irán en un instituto donde encontró "entre 25 y 30 jóvenes colombianos, venezolanos y varios argentinos".
Carlos, que no quiso revelar su apellido, dijo al Post que las clases eran dictadas "en un perfecto español" y que los temas principales eran apreciación del Islam y "antiamericanismo".
"Los expertos regionales dicen que esas iniciativas de soft power son básicamente políticas y están destinadas a fortalecer la presencia de Teherán en países como Venezuela y Ecuador, que comparten la misma visión antinorteamericana", explica el Post.
Y agrega: "Pero en algunos casos los funcionarios iraníes intentaron reclutar a latinoamericanos para la realización de tareas de espionaje y hasta para operativos de hackeo de los sistemas informáticos de Estados Unidos, según funcionarios de inteligencia de Estados Unidos y América Latina".
De acuerdo al artículo, este programa de reclutamiento es dirigido por el clérigo y ex agregado cultural de la embajada iraní en Buenos Aires, Mohsen Rabanni, quien está acusado por la fiscalía que lleva adelante la causa AMIA de participar en el trágico atentado de 1994, que dejó 85 muertes.
Un informe realizado para el Congreso norteamericano mencionado por el artículo reveló que, desde el 2007, más de mil ciudadanos de América Latina participaron de las clases supervisadas por Rabbani.