(Notifam) «Los animales no pueden sacrificarse de manera dolorosa, pero ni siquiera está permitido discutir lo doloroso del aborto», dijo Räsänen, quien es médico además de líder del Partido Demócrata Cristiano, en un evento de la Iglesia Luterana en Kankaanpää.
Describió el aborto como un «tabú silenciado y una caja de Pandora», y añadió que «se temen las consecuencias de abrirla».
Dijo que el aborto no debería ser permitido en ninguna etapa del embarazo. «Un niño en edad de ser abortado no es un pedazo de tejido insensible, sino una persona que puede sentir dolor», dijo. Räsänen también lamentó que Finlandia y Suecia son los únicos países de Europa donde no se les permite a los médicos negarse a participar en un aborto.
«Tenemos que reflexionar si tenemos la valentía de actuar en contra de la opinión pública o las normas, los grupos de presión e incluso a veces la ley, si éstas contradicen la palabra de Dios», dijo Räsänen. Añadió: «Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres», cuando la ley está en conflicto con la conciencia.
Al día siguiente, los periódicos finlandeses informaron que 960 personas habían renunciado formalmente a la Iglesia Luterana en respuesta a sus comentarios. Culparles de las renuncias a la iglesia estatal es un arma comúnmente usada en contra de políticos conservadores en Finlandia.
En 2010, Räsänen apareció en un programa de televisión hablando en contra del «matrimonio» homosexual. Al día siguiente, los medios de comunicación atribuyeron a sus comentarios – cuando explicó que ella entiende las relaciones homosexuales como pecaminosas – las 40.000 renuncias repentinas a la iglesia, según el monitoreo del sitio secular www.eroakirkosta.fi.
La táctica es efectiva ya que los miembros registrados de las dos iglesias oficiales de Finlandia, la Iglesia Evangélica Luterana y la Iglesia Ortodoxa de Finlandia, pagan impuestos eclesiásticos que ascienden a alrededor del uno por ciento de sus ingresos anuales. Los que desean salirse de una iglesia pueden hacerlo por internet, y tales renuncias de protesta masiva se dan con frecuencia después de comentarios de políticos, lo que hace perder tanto al gobierno como a las iglesias el impuesto sobre la renta.
El arzobispo luterano Kari Mäkinen, el primer arzobispo luterano en el país en expresar públicamente apoyo al «matrimonio» homosexual, escribió en Twitter: «Se puede estar de acuerdo con ella o bien tener una opinión diferente, pero sus puntos de vista no deben ser confundidos con la posición de la iglesia. No es más que la opinión de cualquier otro miembro de la iglesia».
En una entrevista con la compañía de radiodifusión nacional finlandesa YLE, Räsänen expresó su sorpresa por el escándalo que causaron sus comentarios en los medios de comunicación. Dijo que de los miles de emails que ha recibido la mayoría fueron positivos y de apoyo.
«Estaban preocupados por los cristianos devotos que creen que no hay total libertad para practicar la religión y para ser francos en sus puntos de vista en esta sociedad», dijo.
Añadió que no es el único miembro del gobierno que tiene reparos sobre la falta de protecciones de conciencia, apuntando a las observaciones formuladas por el Ministro de Relaciones Exteriores Erkki Tuomioja, un socialdemócrata, quien escribió en su blog que los trabajadores de la salud podrían estar justificados para usar desobediencia civil y negarse a participar en un aborto. Pero Tuomioja, ateo y socialista, agregó que esto no debería incluir la negativa basada en creencias religiosas.
«La convicción que lleva a esto sólo puede basarse en normas éticas humanas universales, no en directivas impuestas desde el cielo, como en el caso de la Biblia, el Corán, o el Mein Kampf», dijo Tuomioja.
Räsänen también dijo a YLE que su casa ha sido objeto de vandalismo, pero dijo que mantiene sus creencias y que quiere continuar con su responsabilidad en asuntos de la iglesia, ya que pertenecen a su cartera como ministro del Interior.
El periódico Savon Sanomat publicó una encuesta que muestra que el 55% de los 1.100 encuestados desea que los asuntos de la iglesia sean removidos de la cartera del Ministro del Interior. El número, sin embargo, se redujo a alrededor del 10% de los votantes del Partido Demócrata Cristiano.
Describió el aborto como un «tabú silenciado y una caja de Pandora», y añadió que «se temen las consecuencias de abrirla».
Dijo que el aborto no debería ser permitido en ninguna etapa del embarazo. «Un niño en edad de ser abortado no es un pedazo de tejido insensible, sino una persona que puede sentir dolor», dijo. Räsänen también lamentó que Finlandia y Suecia son los únicos países de Europa donde no se les permite a los médicos negarse a participar en un aborto.
«Tenemos que reflexionar si tenemos la valentía de actuar en contra de la opinión pública o las normas, los grupos de presión e incluso a veces la ley, si éstas contradicen la palabra de Dios», dijo Räsänen. Añadió: «Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres», cuando la ley está en conflicto con la conciencia.
Al día siguiente, los periódicos finlandeses informaron que 960 personas habían renunciado formalmente a la Iglesia Luterana en respuesta a sus comentarios. Culparles de las renuncias a la iglesia estatal es un arma comúnmente usada en contra de políticos conservadores en Finlandia.
En 2010, Räsänen apareció en un programa de televisión hablando en contra del «matrimonio» homosexual. Al día siguiente, los medios de comunicación atribuyeron a sus comentarios – cuando explicó que ella entiende las relaciones homosexuales como pecaminosas – las 40.000 renuncias repentinas a la iglesia, según el monitoreo del sitio secular www.eroakirkosta.fi.
La táctica es efectiva ya que los miembros registrados de las dos iglesias oficiales de Finlandia, la Iglesia Evangélica Luterana y la Iglesia Ortodoxa de Finlandia, pagan impuestos eclesiásticos que ascienden a alrededor del uno por ciento de sus ingresos anuales. Los que desean salirse de una iglesia pueden hacerlo por internet, y tales renuncias de protesta masiva se dan con frecuencia después de comentarios de políticos, lo que hace perder tanto al gobierno como a las iglesias el impuesto sobre la renta.
El arzobispo luterano Kari Mäkinen, el primer arzobispo luterano en el país en expresar públicamente apoyo al «matrimonio» homosexual, escribió en Twitter: «Se puede estar de acuerdo con ella o bien tener una opinión diferente, pero sus puntos de vista no deben ser confundidos con la posición de la iglesia. No es más que la opinión de cualquier otro miembro de la iglesia».
En una entrevista con la compañía de radiodifusión nacional finlandesa YLE, Räsänen expresó su sorpresa por el escándalo que causaron sus comentarios en los medios de comunicación. Dijo que de los miles de emails que ha recibido la mayoría fueron positivos y de apoyo.
«Estaban preocupados por los cristianos devotos que creen que no hay total libertad para practicar la religión y para ser francos en sus puntos de vista en esta sociedad», dijo.
Añadió que no es el único miembro del gobierno que tiene reparos sobre la falta de protecciones de conciencia, apuntando a las observaciones formuladas por el Ministro de Relaciones Exteriores Erkki Tuomioja, un socialdemócrata, quien escribió en su blog que los trabajadores de la salud podrían estar justificados para usar desobediencia civil y negarse a participar en un aborto. Pero Tuomioja, ateo y socialista, agregó que esto no debería incluir la negativa basada en creencias religiosas.
«La convicción que lleva a esto sólo puede basarse en normas éticas humanas universales, no en directivas impuestas desde el cielo, como en el caso de la Biblia, el Corán, o el Mein Kampf», dijo Tuomioja.
Räsänen también dijo a YLE que su casa ha sido objeto de vandalismo, pero dijo que mantiene sus creencias y que quiere continuar con su responsabilidad en asuntos de la iglesia, ya que pertenecen a su cartera como ministro del Interior.
El periódico Savon Sanomat publicó una encuesta que muestra que el 55% de los 1.100 encuestados desea que los asuntos de la iglesia sean removidos de la cartera del Ministro del Interior. El número, sin embargo, se redujo a alrededor del 10% de los votantes del Partido Demócrata Cristiano.