La ceremonia fúnebre comenzó con la lectura de los nombres de las 38 víctimas, la más joven una chica de 16 años, todos ellos familiares y amigos de localidades de la zona y que solían organizar excursiones.
Cientos de personas llenaron el palacio de los deportes de Pozzuoli, localidad de la provincia de Nápoles, para dar el adiós a sus vecinos, mientras que los familiares se encontraban sentados rodeando los 38 ataúdes.
Durante la ceremonia fúnebre se pudo ver cómo numerosos familiares y conocidos de los fallecidos se acercaban a los ataúdes cubiertos de flores, a los que se abrazaban entre lágrimas, para darles su último adiós.
Una de las familiares de una de las víctimas sufrió un desvanecimiento cerca del final de la ceremonia y fue asistida por los servicios médicos presentes en el lugar.
Al funeral, oficiado por el obispo de Pozzuoli, Gennaro Pascarella, acudieron además del presidente del Gobierno, la ministra de Agricultura, Nunzia De Girolamo; el delegado de Gobierno de Nápoles, Stefano Caldoro, y representantes de varios partidos políticos.
Pascarella, durante su homilía, pidió a las instituciones civiles y religiosas que no "dejen solos" a los familiares de las víctimas, en especial a aquellos que se han quedado sin un apoyo económico tras el accidente y abogó por que se activen instrumentos que permitan evitar nuevos accidentes.
Asimismo, pidió rezar por todos los heridos, "para que el Señor no permita que se añadan nuevos nombres al demoledor elenco" de víctimas mortales.
Tras momentos de gran dolor entre los familiares, que a la conclusión del funeral querían permanecer junto a sus seres queridos y se resistían a que se llevaran los ataúdes, éstos fueron llevados fuera del palacio de los deportes de Pozzuoli entre los aplausos de los presentes.
Asimismo, en esta jornada de luto nacional en Italia, declarada ayer en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, en todo el país pudieron verse las banderas a media asta en los edificios públicos.
Sobre el accidente ya se han abierto varias investigaciones para esclarecer las causas que llevaron al autocar a impactar primero con los vehículos que tenía delante para después chocar contra el guardarraíl y caer desde una altura de 30 metros, en la autopista que une Bari y Nápoles.
Las primeras hipótesis hablan de un fallo en el sistema de frenos del autocar o, incluso, del reventón de uno de los neumáticos, pero todas éstas tendrán que ser verificadas por los supervivientes o los peritos, ya que el conductor del autobús murió en el accidente.
Según los medios de comunicación que citan testigos presenciales, el autobús llevaba cerca de un kilómetro fuera de control y había perdido algunas piezas en el intento del conductor de frenar golpeando el guardarraíl.
En el impacto además de los fallecidos se produjeron 10 heridos, algunos de ellos aún se encuentran en estado grave,
Entre estos preocupa el estado de dos niños: una niña de alrededor de tres años que ha tenido que ser operada por una fractura craneal y tendrá que someterse a una nueva operación en las próximas horas y también está en reanimación otro niño, también de esa edad. EFE