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jueves, 4 de julio de 2013

Elijo la esencia, rechazo la apariencia

Después que se inventaron las excusas se dice que nadie queda mal, ya que siempre aparecen razones para justificar la faltas cometidas, y se hace con el simple propósito de mantener la reputación ante los demás, pues, socialmente se piensa y se ha pensado a través de nuestra historia que la imagen vale mucho, y que se debe cuidar a toda costa porque de ella depende nuestro porvenir, aunque se descuide nuestra interioridad.

En esta época en la que nos ha tocado vivir, la apariencia se ha convertido en la identidad de algunas personas. Por tanto, que lo importante según ciertos criterios humanos, es el perfil que se va mostrando día a día, y si hay que mentir, engañar o traicionar para lograr dicho objetivo, no importa, porque si darnos cuenta el pensamiento pesimista y malévolo que expresó en una ocasión Nicolás Maquiavelo, en su libro “El Príncipe” cuando dijo: “El fin justifica los medios”. Esta ganando terreno cada vez más, porque si con eso se logran nuestras metas, entonces, los errores y los daños cometidos, estarán justificados, ya que hay que lograr ser feliz, aunque se vea la sangre correr, de este modo se razona.

Hay una expresión gastada: los valores se están perdiendo, el relativismo se adueña de nuestras decisiones, y la causa fundamental, sostienen algunos, es la prioridad a la vida material, y el rechazo a la existencia espiritualidad. De aquí entonces, que se ha convertido la libertad en un negocio lucrativo, que ha pretendido sacar la conciencia del debate público, porque reclama constantemente el respeto por la dignidad humana.

Hoy más que ayer, se quiere llevar a los hechos los pensamientos, sin analizar si convienen o no, pues lo que se busca a veces, es imponer criterios individuales, es decir, el ser humano se ha vuelto un animal sin racionalidad, porque ha pretendido cambiar el orden de la ley natural que Dios ha colocado en el corazón para mantener la armonía con los que le rodean, y ha optado mejor satisfacer el ego personal para ver realizado todas sus fantasías deseadas.

El mundo cambia, no solo en sus estructuras físicas sino también en las mentalidades humanas, la indiferencia nos arropa y la hipocresía nos invade, ya que la risa esconde odio, la solidaridad beneficios, el amor es medido en una balanza, y de acuerdo a su peso económico entonces es aceptado. Los amigos se abrazan pero guardando siempre la distancia. Mostrando amistad, pero ocultando la sinceridad.

La esencia rechaza la apariencia, la luz la oscuridad, el vicio se burla de los buenos principios, la moda ridiculiza la decencia y la formalidad. El ruido busca lentamente cerrar nuestra capacidad de asombro, y percibir el optimismo que nos regala la experiencia cotidiana, pero el silencio toca las puertas y hace que muchos se despierten, y que en la oscuridad de la noche vayan creando esperanza y estrategia para luego decirle a los demás que lo superfluo mata la realidad, y que es hora de elegir lo verdadero, lo perdurable, y hacer valer la libertad, la fraternidad y la igualdad.