(Efe/InfoCatólica) La XXVIII Jornada Mundial de la Juventud católica tiene como lema «Id y haced discípulos a todos los pueblos» y en el mensaje se señala que los jóvenes cristianos deben ser los primeros misioneros en el mundo, tienen que usar internet para divulgar el Evangelio y conocer la fe de forma tan precisa «como un especialista en informática conoce el sistema operativo de su ordenador».
Benedicto XVI recordó en el mensaje la última JMJ, celebrada en Madrid en agosto de 2011, a la que asistieron unos dos millones de jóvenes y exhortó a los muchachos que se encaminan a Río de Janeiro a compartir «en el continente digital, en este mundo de internet, la belleza del encuentro con Jesús y dejarse atraer por Él».
En el mensaje se señala que actualmente muchos jóvenes no ven con claridad su camino y que por ello es necesario mostrarles «que la luz de la fe es la que ilumina esa oscuridad».
«La Iglesia cuenta con vosotros. Sois los primeros misioneros entre los jóvenes, sois los que vais a recoger la antorcha de manos de vuestros mayores y a vivir en el mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia. Sois los que vais a formar la sociedad de mañana», subrayó.
En el mensaje se subraya que el mundo está atravesando un periodo histórico muy particular, que el progreso técnico ofrece posibilidades «inauditas» de interacción entre los hombres y la población, pero que la globalización de estas relaciones sólo será positiva y hará crecer el mundo en humanidad si se basa en el amor y no en el materialismo.
Siempre con el deseo de colocar a Dios en el centro del hombre, Benedicto XVI aseguró que el hombre que se olvida de Dios «se queda sin esperanza y es incapaz de amar a su semejante».
En tierra tradicional de misiones, como es Brasil, el Papa se preguntó en el mensaje qué significa ser misioneros hoy en día y afirmó que ante todo ser discípulos de Cristo y transmitir la fe con valentía, «enfrentándose a pruebas e incomprensiones», como en otras épocas.
Pero para poder anunciar el Evangelio es necesario -precisó- que los muchachos conozcan aquello en lo que creen.
«Tenéis que conocer vuestra fe de forma tan precisa como un especialista en informática conoce el sistema operativo de su ordenador, como un buen músico conoce su pieza musical. Tenéis que estar profundamente enraizados en la fe para enfrentaros a los retos y tentaciones de este tiempo con fuerza y decisión», señaló.
En el mensaje se exhorta a los jóvenes a llegar a todos los pueblos del mundo y se recuerda que muchos muchachos no conocen a Cristo porque sus culturas no deja espacio a Dios, otros porque aún no han conocido el Evangelio y otros «porque a pesar de haberlo recibido, viven como si Dios no existiese».
El Santo Padre les dice que deben realizar el compromiso misionero especialmente a través del campo de las comunicaciones sociales, en particular internet, y en el mundo de la inmigración.
«Sabed usar con sabiduría este medio, considerando las insidias que contiene, en particular el riesgo de la dependencia, de confundir el mundo real con el virtual, de sustituir el encuentro y el diálogo directo con las personas con los contactos en la red», afirma.
El pasado 24 de marzo, domingo de Ramos, se celebró la JMJ a nivel diocesano y el papa Francisco escribió un «tuit» en el que dijo que espera con alegría el momento de reunirse con los muchachos en Brasil.
«Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil», escribió.
Benedicto XVI recordó en el mensaje la última JMJ, celebrada en Madrid en agosto de 2011, a la que asistieron unos dos millones de jóvenes y exhortó a los muchachos que se encaminan a Río de Janeiro a compartir «en el continente digital, en este mundo de internet, la belleza del encuentro con Jesús y dejarse atraer por Él».
En el mensaje se señala que actualmente muchos jóvenes no ven con claridad su camino y que por ello es necesario mostrarles «que la luz de la fe es la que ilumina esa oscuridad».
«La Iglesia cuenta con vosotros. Sois los primeros misioneros entre los jóvenes, sois los que vais a recoger la antorcha de manos de vuestros mayores y a vivir en el mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia. Sois los que vais a formar la sociedad de mañana», subrayó.
En el mensaje se subraya que el mundo está atravesando un periodo histórico muy particular, que el progreso técnico ofrece posibilidades «inauditas» de interacción entre los hombres y la población, pero que la globalización de estas relaciones sólo será positiva y hará crecer el mundo en humanidad si se basa en el amor y no en el materialismo.
Siempre con el deseo de colocar a Dios en el centro del hombre, Benedicto XVI aseguró que el hombre que se olvida de Dios «se queda sin esperanza y es incapaz de amar a su semejante».
En tierra tradicional de misiones, como es Brasil, el Papa se preguntó en el mensaje qué significa ser misioneros hoy en día y afirmó que ante todo ser discípulos de Cristo y transmitir la fe con valentía, «enfrentándose a pruebas e incomprensiones», como en otras épocas.
Pero para poder anunciar el Evangelio es necesario -precisó- que los muchachos conozcan aquello en lo que creen.
«Tenéis que conocer vuestra fe de forma tan precisa como un especialista en informática conoce el sistema operativo de su ordenador, como un buen músico conoce su pieza musical. Tenéis que estar profundamente enraizados en la fe para enfrentaros a los retos y tentaciones de este tiempo con fuerza y decisión», señaló.
En el mensaje se exhorta a los jóvenes a llegar a todos los pueblos del mundo y se recuerda que muchos muchachos no conocen a Cristo porque sus culturas no deja espacio a Dios, otros porque aún no han conocido el Evangelio y otros «porque a pesar de haberlo recibido, viven como si Dios no existiese».
El Santo Padre les dice que deben realizar el compromiso misionero especialmente a través del campo de las comunicaciones sociales, en particular internet, y en el mundo de la inmigración.
«Sabed usar con sabiduría este medio, considerando las insidias que contiene, en particular el riesgo de la dependencia, de confundir el mundo real con el virtual, de sustituir el encuentro y el diálogo directo con las personas con los contactos en la red», afirma.
El pasado 24 de marzo, domingo de Ramos, se celebró la JMJ a nivel diocesano y el papa Francisco escribió un «tuit» en el que dijo que espera con alegría el momento de reunirse con los muchachos en Brasil.
«Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil», escribió.