(CNA/Gaudium Press/InfoCatólica) Tras advertir de la responsabilidad de los católicos, el cardenal aseguró que «la cultura de la muerte avanza en buena parte debido a la falta de atención e información entre el público».
Mientras la transformación de los corazones es el modo más fundamental de la nueva evangelización con respecto a la vida humana», advirtió, «los católicos y todas las personas de buena voluntad debe estar atentos a todas las leyes, para salvaguardar la dignidad de la vida humana».
El cardenal Burke basó su exposición en una frase del Beato Juan Pablo II en su Encíclica «El Evangelio de la Vida»: «El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio». El testimonio de vida cristiano debe, por tanto, incluir esta dimensión también en la vida pública y la legislación de la sociedad.
El Prefecto de la Signatura Apostólica recordó «el papel irremplazable que cumple la ley en la cultura» e instó a las familias a comprometerse en la dimensión política, que es «esencial para la causa de la vida».
El prelado afirmó también que existe la necesidad de formar a la opinión pública a través del «desarrollo de medios de comunicación que verdaderamente apoyen la vida y la familia» y destacó la importancia de las manifestaciones públicas que expresan este mensaje a la sociedad. «La cultura de la muerte avanza en buena parte debido a la falta de atención e información entre el público», concluyó el cardenal.
Mientras la transformación de los corazones es el modo más fundamental de la nueva evangelización con respecto a la vida humana», advirtió, «los católicos y todas las personas de buena voluntad debe estar atentos a todas las leyes, para salvaguardar la dignidad de la vida humana».
El cardenal Burke basó su exposición en una frase del Beato Juan Pablo II en su Encíclica «El Evangelio de la Vida»: «El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio». El testimonio de vida cristiano debe, por tanto, incluir esta dimensión también en la vida pública y la legislación de la sociedad.
El Prefecto de la Signatura Apostólica recordó «el papel irremplazable que cumple la ley en la cultura» e instó a las familias a comprometerse en la dimensión política, que es «esencial para la causa de la vida».
El prelado afirmó también que existe la necesidad de formar a la opinión pública a través del «desarrollo de medios de comunicación que verdaderamente apoyen la vida y la familia» y destacó la importancia de las manifestaciones públicas que expresan este mensaje a la sociedad. «La cultura de la muerte avanza en buena parte debido a la falta de atención e información entre el público», concluyó el cardenal.