(Efe) «Un capitalismo salvaje ha enseñado la lógica del beneficio a cualquier coste, del dar para obtener, del provecho sin mirar a las personas... y los resultados los vemos en la crisis que estamos viviendo», dijo Francisco durante la visita, en declaraciones recogidas por los medios italianos.
El pontífice sostuvo también que «tenemos que recuperar todos el sentido del regalo, de la gratuidad, de la solidaridad».
Cuando se cumple este año el 25 aniversario de su inauguración por el papa Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta, Francisco visitó este martes la casa «Don de María» del Vaticano, que ofrece cada día comida a pobres y asistencia médica a decenas de mujeres.
El papa argentino estuvo acompañado, entre otros, por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein, y de su secretario personal, Alfred Xuereb, y al encuentro con el pontífice asistieron no solo las monjas responsables del centro de caridad, sino también algunos de las personas necesitadas de asistencia que encuentran en él.
«Esta casa es un lugar que educa en la caridad, una 'escuela' de caridad, que enseña a ir al encuentro de cada persona, no por el beneficio, sino por amor. La música, digámoslo así, de esta casa es el amor. Y esto es bonito», dijo Francisco.
El papa añadió que le gusta «que los seminaristas de todo el mundo vengan aquí para tener una experiencia directa de servicio. Los futuros sacerdotes pueden vivir así de un modo concreto un aspecto esencial de la misión de la Iglesia y hacer de ello un tesoro para su propio ministerio pastoral».
El pontífice sostuvo también que «tenemos que recuperar todos el sentido del regalo, de la gratuidad, de la solidaridad».
Cuando se cumple este año el 25 aniversario de su inauguración por el papa Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta, Francisco visitó este martes la casa «Don de María» del Vaticano, que ofrece cada día comida a pobres y asistencia médica a decenas de mujeres.
El papa argentino estuvo acompañado, entre otros, por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein, y de su secretario personal, Alfred Xuereb, y al encuentro con el pontífice asistieron no solo las monjas responsables del centro de caridad, sino también algunos de las personas necesitadas de asistencia que encuentran en él.
«Esta casa es un lugar que educa en la caridad, una 'escuela' de caridad, que enseña a ir al encuentro de cada persona, no por el beneficio, sino por amor. La música, digámoslo así, de esta casa es el amor. Y esto es bonito», dijo Francisco.
El papa añadió que le gusta «que los seminaristas de todo el mundo vengan aquí para tener una experiencia directa de servicio. Los futuros sacerdotes pueden vivir así de un modo concreto un aspecto esencial de la misión de la Iglesia y hacer de ello un tesoro para su propio ministerio pastoral».