El calendario, el pasado 2 de marzo del año en curso, 2013, marcó un mes
más transcurrido y suman ya treinta y tres meses en este proceso, que
inició con mi atentado el pasado 2 de junio del 2010.
Como el
primer día en que pudimos ver la luz y darnos cuenta que estábamos con
vida y que pudimos dar gracias al Todopoderoso por estar de vuelta a la
luz, hemos estado conscientes de que quien orquestó y pensó el atentado y
dio todas las facilidades para que los ejecutores lo llevaran a cabo;
es una persona que ha estado parte de su vida realizando actividades
criminales en contra de otros seres humanos, para los que, al parecer,
él entiende que no tienen derechos humanos.
A treinta y
tres meses, tanto mi familia como quien escribe, estamos conscientes de
que esto, ya no se trata de un caso individual de nuestra persona, sino
que es un compromiso como ciudadano y profesional, a lo que estamos
obligados a llevar a cabo por la responsabilidad que entendemos debe
tener cada dominicano y dominicana de buen corazón frente a la
delincuencia y el crimen organizado, como el sicariato, que se ha
convertido ya en una empresa criminal.
A treinta y tres
meses, hemos sido objeto y testigo nuevamente, de la actitud procesal
acostumbrada del condenado e interno, Adriano Román, así como lo ha
hecho en cada expediente en que se ha visto envuelto en la justicia, lo
hace con el caso que nos ocupa. No puede ni debe sorprender a quien
escribe, ni a ustedes amables lectores, que veamos que los envíos
provocados por él, sean algo ajeno a su comportamiento o algo aislado,
no.
Es una forma y una conducta que ha adoptado este imputado y
condenado, tal como dije, desde que inició su carrera delictiva, hace
más de treinta y cinco años, simplemente porque le tiene miedo a
enfrentar cara a cara a la justicia. Y por ello busca no conocer el
expediente que nos ocupa, que se encuentra en la fase del fondo del
proceso, por esto utiliza los reenvíos como una forma de rehuirle al
conocimiento del mismo.
En fin, la actitud procesal de este
condenado y hoy imputado, no ha sido y no será otro, que el de rehuirle
al proceso, en este caso, al fondo, para ello estamos preparados y
dispuestos a seguir enfrentando todo lo que acontece y en espera de una
sentencia ejemplar en contra de estos imputados que atentaron en nuestra
contra.
A treinta y tres meses, ante todo esto que hemos
narrado, y tal comportamiento procesal de irrespeto, no podemos asumir
como actitud la desesperanza, la desesperación y la impaciencia como
Norte, lo que no implica que tampoco permitiremos que se intente relajar
el sistema ni la justicia.
En todo momento que se requiera
nuestra presencia, mientras Dios nos siga dando la fuerza y la fe, para
proseguir, estaremos, junto a nuestra familia y lo mejor del pueblo
dominicano, presentes en cada audiencia, como esperamos estar el próximo
diecinueve del mes de abril, que es para cuando fue reenviada la
audiencia de fondo del caso.
Seguiremos siendo vigilantes con
el caso. Ya lo hemos dicho, no buscamos venganza, porque eso no alberga
nuestro corazón, sino la justicia para que cosas como las sucedidas,
tengan una sanción ejemplar para con otros casos, en contra del crimen
organizado y el sicariato.
Lic. Jordi Veras.