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viernes, 21 de diciembre de 2012

Carta abierta al Instituto Duartiano

Respetables miembros del Instituto Duartiano:

Como parte de las actividades programadas para celebrar el bicentenario del nacimiento de nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, hecho ocurrido el 26 de enero de 1813, la institución que ustedes dignamente representan solicitó  a la Liga de Beisbol Profesional de la República Dominicana  ( LIDOM) que durante el desarrollo del campeonato  de beisbol invernal 2012 - 2013 se interprete en cada juego la canción titulada “Canto a  la Patria”, del laureado  compositor dominicano, Juan Luis Guerra.

La LIDOM acogió positivamente esa solicitud, como bien se lee en una nota publicada en  su página de Internet, en la que se informa que «Acogiendo una atinada iniciativa del Instituto Duartiano, en cada partido del evento se difundirá el tema “Canto a la Patria”, de la autoría de Juan Luis Guerra, previa invitación a los presentes a través de los altoparlantes a ponerse de pies y guardar la debida reverencia al Padre de la Patria»
   
Esa patriótica  iniciativa, así como  cualquier otra encaminada a rendir  homenaje de “amor, respeto y gratitud” al padre de nuestra Independencia, me parece, realmente, muy atinada. Lo que  sí  me parece muy no atinado es el tema musical que se ha seleccionado para rendir ese homenaje, no porque  este carezca de valor literario, sino porque en  ese “Canto a la Patria”,  no late el ideal duartiano ni mucho menos arde la pira del patriotismo.
   
Ese “Canto”, señores académicos, no conecta con nuestros símbolos patrios y la grandeza histórica de nuestro Libertador, ni mucho menos entraña el sentimiento  patriótico del pueblo dominicano. Más que esto, lo que puede es crear confusión en niños y adolescentes que bien pudieran asumirlo como un himno patrio en un momento en que la Escuela Dominicana, desafortunadamente, no le confiere ya la importancia que a los himnos a la Patria antes se le daba.
   
Por eso me sorprende  poderosamente que  la recomendación para que se entone dicho “Canto” en los estadios haya provenido del Instituto Duartiano, organismo que por tener como función proyectar los auténticos ideales del fundador de la Trinitaria, bien pudo aprovechar tan oportuna ocasión y sugerir que se cantara el HIMNO A DUARTE, en  cuyas letras vibra el alma nacional, letras que aprendimos cuando niño en la escuela, razón por la cual  yacen posadas en un rinconcito del corazón de todos los dominicanos.  Y es que  en ninguna otra composición, como en  la escrita por Ramón Emilio Jiménez, se plasma  con rasgos tan definidores la verdadera personalidad y grandeza histórica de Juan Pablo Duarte.
   
Interpretando el HIMNO A DUARTE en los estadios, con la proyección de sus letras y la imagen del Patricio en pantalla gigante, se logran varios  propósitos: rescatarlo del olvido, inyectarlo en la conciencia de  de niños, jóvenes y adolescente,  poniéndolos así en contacto con una canción que sí representa nuestros más auténticos valores nacionales. Por último, traer a la mentes de la masa de adultos presentes, los más dulces y patrióticos recuerdos de sus años de  infancia, años en que  quizás,  en la escuela donde cada uno estudiaba,  tuvieron que izar o bajar la bandera nacional  al son de las notas gloriosas de dicho canto.
   
Es por esas y otras razones que me  atrevo a sugerirles que tanto en serie semifinal como en la final del presente campeonato, en lugar del “Canto a la Patria”, de Juan Luis Guerra, se entone el “Himno a Duarte”, de Ramón Emilio Jiménez.

Respetuosamente,

Prof. Domingo Caba Ramos
Santiago.