Barack Obama fue reelecto como presidente en los EEUU para un nuevo mandato que comenzará a regir a partir del 20 de enero de 2013. Podría decirse que el mercado se siente aliviado porque las políticas expansivas continuarían, pero a corto plazo pesa el miedo al “fiscal cliff”.
La reelección de Obama se da en un contexto en el cual la tasa de desempleo del país es la más alta que cualquier presidente norteamericano haya tenido que enfrentar en una elección desde que Roosevelt fue reelecto en 1936. Además, el actual presidente se convirtió en el segundo demócrata, luego de Bill Clinton, en renovar su mandato desde Roosevelt.
Tal como se esperaba, la elección fue muy reñida y el voto popular le dio a Obama una ligera ventaja sobre el candidato republicano Mitt Romney. Pero en el cómputo de los votos electorales la ventaja fue más amplia, gracias al triunfo en los estados de Colorado, Ohio y Virginia. Sin embargo, la división en el Congreso continuó, con los demócratas con mayoría en el Senado y los republicanos con mayoría en la Cámara de Representantes.
Por otra parte, la elección marcó un rechazo de la agenda del Partido Republicano de achicar el gasto del gobierno y recortar los impuestos en un momento de gran incertidumbre económica. Por otro lado, significó la aceptación del actual presidente, que logró mantener un alto grado de popularidad entre el electorado a pesar de las frustraciones de su primer mandato.
A pesar de esto, la reelección de Obama podría significar un difícil panorama para las acciones, a menos que haya señales pronto respecto a un acercamiento entre ambos partidos en el Congreso para evitar el “fiscal cliff”. Pero el consenso no será fácil de logar con cada partido controlando una de las cámaras. Mientras los republicanos controlen la Cámara de Representantes, los incrementos de impuestos a los más ricos que pretende Obama difícilmente puedan ser aprobados.
Ahora que la elección ha culminado, los inversores centrarán su atención en los USD 600 Bn de aumentos de impuestos y recortes de gastos federales establecidos para implementarse automáticamente en enero (fiscal cliff). La Oficina de Presupuesto del Congreso señaló que la economía de EEUU se desaceleraría hasta 0,5% el próximo año si el Congreso no logra posponer el plazo de las exenciones impositivas aplicadas por Bush en 2008.
La victoria de Obama es considerada por muchos como negativa para los mercados de renta variable. En primer lugar, hay una propuesta para subir la tasa impositiva que grava los dividendos de 15% a 39,6% (para aquellos que ganan más de USD 200.000 al año) y de 15% a 20% la tasa que grava las ganancias de capital. Esto afectaría a los índices accionarios de EE.UU. y algunas estimaciones consideran que el S&P 500 caería 5% si se aplica esta medida por completo, aunque es probable que sean menos agresivas que lo que plantea la propuesta.
Una segunda preocupación es que los demócratas son generalmente más propensos a un Estado más grande, con el gobierno financiándose con mayores impuestos y la aplicación de mayores regulaciones, entre otras cosas, que se traducen en mayores costos.
Pero por otro lado, hay dos cuestiones que podrían compensar estos aspectos negativos. Con Obama como presidente, el acuerdo respecto al fiscal cliff es más probable que con un republicano en el poder y, por otra parte, la Reserva Federal continuaría con la política expansiva.
¿Cuáles serían los sectores beneficiados con este resultado y cuáles los más perjudicados?
Salud: la victoria de Obama representa una continuación del programa actual (Medicare y Medicain), mientras que el debate en torno al tema asistencial y la reforma del sistema de salud continuará impulsando al sector, aunque se plantearía un escenario opuesto entre las instituciones y las empresas de medicina prepaga.
En primer lugar, el sector relacionado a las compañías que brindan servicios de cobertura médica se vería perjudicado por el triunfo de Obama, ya que quizá pretenda profundizar la legislación actual, limitar los márgenes de estas compañías y disminuir las comisiones cobradas. Es por ello, que las acciones de este sector podrían venir descontando algunos de los riesgos por la victoria de Obama, ya que las encuestas y el mercado lo daban como ganador de antemano.
Los centros de salud tienen una perspectiva más alentadora, con la mayoría de la población gozando de los beneficios de un seguro de salud daría cierto alivio a estas instituciones en lo referido a deudas incobrables y el aumento en la utilización de la asistencia sanitaria. Esto sería beneficioso para los hospitales dados los costos de atención no compensada se reducirían. A medida que Obama se perfilaba como el posible ganador, las acciones de este sector mostraron un buen desempeño.
Por el lado del sector farmacéutico, las compañías tendrían un beneficio de corto plazo bajo la forma de incremento en los volúmenes demandados. Sin embargo, para el largo plazo las revisiones presupuestarias alcanzarán también a este rubro, mediante la forma de concesiones de precios exigidas por el gobierno. Por lo tanto, el efecto de la victoria de Obama sería neutral.
Energía: en este sector la regulación de las exploraciones y explotaciones de altamar son algunos temas que seguirán en la agenda presidencial. Las agencias estatales podrían continuar con una extremada precaución respecto al otorgamiento de permisos de perforación. Por otro lado, los incrementos impositivos a la actividad podrían focalizarse en los inventarios y en los créditos fiscales externos en lugar de incentivos para la perforación, con un impacto limitado en las actividades de refinamiento.
Las medidas que tomaría Obama en materia energética serían: recortar las importaciones de petróleo a la mitad para 2020, abrir millones de hectáreas para la exploración y desarrollo, ampliar la producción nacional de petróleo y mejorar las medidas de seguridad para evitar derrames (reduce el período de revisión de permisos de perforación), estándares dobles para economizar combustibles y avanzar hacia la independencia energética, expandir el uso de etanol y otros biocombustibles, promoción de los vehículos avanzados e invertir en fuentes de energía limpias de origen nacional, aumento de inversiones en energía limpias, reducir la contaminación de carbono y la expansión de programas de protección ambiental.
Energías alternativas: tanto los demócratas como los republicanos concuerdan en que la seguridad energética es importante y podría ser utilizada como una herramienta para la generación de empleo. Pero Obama se muestra más predispuesto a impulsar las energías alternativas, como la solar, eólica y biocombustibles. El presidente actual ha manifestado su intención de seguir apoyando las energías alternativas a través de extensiones de créditos fiscales y normas de eficiencia energética, además de continuar con los programas de vehículos eléctricos y los subsidios al consumo. Por lo tanto, las acciones de este sector podrían ser beneficiadas con la victoria del Partido Demócrata.
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