Tenemos un tiempo manifestando que el país tiene que revisarse profundamente, en todos los ámbitos social, económico y pensar. Es para ponernos las manos en la cabeza por la sorpresa que nos dan en la cara, y lamentablemente por noticias negativas. Las cosas de nuestro país no pueden estar en semejanza con ningún otro. Lo puede comparar con un país pequeño o con uno grande, con uno más desarrollado o menos desarrollado que el nuestro. En fin, lo indignante es que nadie hace nada, ningún grupo o agrupación social sin fines de lucro hace nada, por lo siguiente:
Cada vez que un período presidencial termina, de inmediato comienza los directores, ministros, funcionarios y quien sabe cuáles otros, a buscar la forma y manera de salir de la posición estatal que ocupan con una pensión, jubilación o retiro, bien remunerado e inigualable a ningún otro, increíble pero cierto. En la salida del gobierno del ex presidente doctor Leonel Fernández Reyna, muchos de sus funcionarios de inmediato se prepararon para salir de sus puestos con los bolsillos llenos, y con la finalidad de que desde ahí recibir todos los meses una cantidad de dinero, digno para vivir como un príncipe o un rey, a costilla de los recursos del pueblo. Y pensar que sus labores donde estaban, dejan mucho que decir.
Usted se puede imaginar recibir una persona en su hogar, la cantidad de más de quince mil dólares mensuales, suma ésta que se reajusta a la medida que crezca la inflación de la Nación. Esa cantidad es simplemente una pensión de un exfuncionario dominicano, increíble, usted puede sacar numeritos en pesos, y puede que ascienda a más de seiscientos treinta mil pesos dominicanos. Ningún país del mundo se puede dar el lujo de pensionar a una persona y recibir esa cantidad. Pero en nuestro país eso es algo normal, y no pasa nada. Nadie se ve indignado, sorprendido ni dolido de que exista un sistema que permita algo tan abusivo, a los recursos del Estado.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con el control de todos los organismos del Estado, desde el Congreso Nacional, Suprema Corte de Justicia, Junta Central Electoral, Cámara de Cuentas, Tribunal Constitucional, Tribunal Electoral, y otras más, el espacio puede que resulte corto para seguir detallando, pero es algo indignante ver lo que hace un partido cuando quiere beneficiar a sus dirigentes, allegados o amigos. Y la gran mayoría del pueblo dominicano se queda como si nada estuviera pasando, que hagan fiestas y celebren con el dinero del pueblo, que mientras no se quejen, se puede seguir disfrutando y asegurando la situación económica de los descendientes de la quinta generación de sus dirigentes.
Lo sorprendente de todo esto, es lo indiferente, apático y dejado, que se encuentre la mayoría de la población. Algo que afecta tanto al presupuesto de la Nación, y no hay defensores ni grupos, partidos u organismos internacionales que se interesen por evaluar la situación real, y dejarle saber a los que administran los recursos, que la indignación y abuso tiene sus límites. Cuándo será que la mayoría de los dominicanos y dominicanas se revelen para no seguir permitiendo el abuso, y que debe tener una sanción aunque sea moral por el pueblo dominicano.
Ramón Antonio Veras (hijo)