Comunicador y Abogado Dominicano
Miguel Guarocuya Cabral, dentro de su apretada agenda regala al país y al mundo un tiempo para reflexionar sin negociar. Escribe y luego pone su voz a mensajes espirituales y de contenido social para invitarnos al universo mágico de la paz.
Por las frecuencias de sus emisoras Comando 88 y Disco 89, se escucha con armonía y amor en su voz decir cada palabra, haciendo de quien lo escucha la seguridad de que el vigila sus pasos y desea para todos lo mejor.
Sus mensajes nos llevan a los sublimes cielos de nuestros sueños y anhelos. Textos sencillos como su protagonista, hombre al que la vida lo ha golpeado, pero también lo recompensa con la hermosa fe que lo hace habitar en el altar de lo sagrado.
Cuán grande es la riqueza de las verdades narradas por Guarocuya, edifica y educa. El sabe la responsabilidad de quienes hacemos uso de los medios de comunicación, razón por la cual en el ambiente de tribulaciones por situaciones del diario vivir se convierte en Luz para todos.
Miguel Guarocuya Cabral es un Diamante que con tal de servir no importa caer en el Cieno para rescatar un ser humano. Qué extraordinaria enseñanza nos deja este ser humano no solo con sus mensajes radiales sino con su entrega completa a los que gozamos el privilegio de su amistad.
Palabras llenas de sabiduría dichas con el propósito de alimentar el conocimiento al tiempo de motivarnos a practicar el arte de la prudencia y moderación. Sus mensajes tienen alas que nos ponen a volar por lugares nunca antes imaginados.
Estamos ante un hombre sabio que al comprender que la humanidad vive tiempos de necesidad espiritual se ha convertido en el sastre responsable de vestir con el traje de la palabra apropiada las Ondas Hertzianas.
Poeta que se inspira para acariciar nuestros oídos, hombre sensible que nos regala a diario una flor, comunicador que se eleva y desde el Cielo regresa abrazado de las musas para darnos lo mejor, cuánta belleza en los mensajes pronunciados con la calidad humana y espiritual del Doctor Miguel Guarocuya Cabral.