Autor: Wilson A. Ferreras F. |
La Corrupcion en La Republica Dominicano
El análisis de la corrupción, en la Republica Dominicana, nos llega lamentablemente en el mismo momento de nuestros orígenes, en el preciso momento que se dio el encuentro de culturas en nuestra isla con la llegada de la escoria de la sociedad Española, que al preparar la aventura en la búsqueda de nuevas rutas para el supuesto comercio de las especias, al ser una empresa tan peligrosa y con datos cartográficos inciertos no se encontraban a personas sensatas que quisieran embarcarse en esa descabellada travesía por mares desconocidos por lo que se procedió a dar un salvoconducto a delincuentes convictos y prostituta, de forma tal que si tenían éxitos se les concederían riquezas y titulo mobiliarios en recompensa por su asaña.
Así sucedió y una vez en la isla le dieron riendas sueltas a sus ambiciones de lucro, llevando a la extinción a las etnias que habitaban la Hispaniola, siendo ellos mismos víctimas de la traición y la conspiración, de forma tal que impusieron el caos en un lugar donde antes reinaba la paz.
Siendo nuestros orígenes tan así dentados y por demás nuestra herencia tan desgraciada mal pudiera ser otro nuestro legado, de modo que siendo hoy lo que somos tiene que ver inequívocamente con lo que fuimos antes, es nuestra progenitura la que nos ha perseguido y seguido durante más de quinientos años.
Cuando miramos atrás en los diferentes periodos de nuestra historia, siempre ha estado presente la desigualdad económica de nuestras sociedad observando cómo las clases dominantes o las cercanas al poder político siempre se han servido le las debilidades de nuestras instituciones para llenar sus apetencias personales en detrimentos de los hombres y mujeres que no les ha sonreído la fortuna de estar cerca de las fuentes del poder tanto político como económico, pasando así las grandes fortunas por las mismas manos de generación en generación.
Por otro lado es justo arribar al papel que ha jugado la clase política nacional, que por tradición ha sido la que más ha perjudicado a la gran mayoría del pueblo por sus prácticas desleales y poco consecuente de ejercer el poder político, de forma tal que se han pillado el presupuesto de la nación en su propio beneficio y el de sus allegados más cercanos, sin la posibilidad de que en este sentido se pueda hacer valer la justicia ya que al parecer existe una especie de pactos entre ellos de tal manera que nadie emprende acción en contra de nadie ya que al moverse la acción judicial las consecuencias tanto de uno como de otros seria de consecuencias desbastadoras para grandes colectivos de las clases dominantes, de modo que por mas pantallas que se han iniciado nunca llegan a establecer la verdad o a marcar justicia en ese sentido.
Es propio de nuestra injusta sociedad el premiar y encumbrar a los grandes depredadores del erario público mientras se hunden y se pudren en las ergástulas o mazmorras que nuestra sociedad llama cárceles a los desprovistos de las fortunas que por cualquier delito sin importancia son almacenados en chiqueros insalubres donde entran hombres y salen fieras sin conciencias; para nada rehabilitados y con mas ansias y sed de cometer actos delincuenciales, quizás con la expresa conciencia o no de vengarse de la sociedad que los guio el camino de la delincuencia.
Es justo reconocer que en una sociedad donde el que nada tiene ya nace sin derechos que lo protejan en el devenir de su vida, donde la corrupción esta tan arraigada en el ceno de nuestra sociedad que permea a todas nuestras instituciones llegándose a ponerle precio a las faltas cometidas con un entramado que se yergue desde los cúrteles policiales y en complicidad con las Fiscalías, pudiéndose evitar el ir a las cárceles por un precio establecido entre las partes como si de transición mercantil se trate o en el peor caso de nuestras putrefactas instituciones , que llegan al grado de las desfachatez total violando todo precepto de ley en cuanto a pesar de que en nuestra sociedad no se tipifica la pena de muerte en nuestros códigos procésales y penales nos encontramos cada días con ejecuciones planificadas tanto por políticos y personeros con poder tanto económico como político para cometer actos de lesa humanidad quitándole la vida a supuestos delincuentes a los que ya han sido previamente marcados con el sello de la muerte. Este tipo de ejecución masiva en nuestras sociedad es el vilmente conocido como el triste mente celebre INTERCAMBIO DE DISPARO, que es una especie de tribunal inmoral manejado por ciertos grupos de poder para desacere de ciertos individuo que en algún momento se les considera peligrosos. Estas acciones se llevan a cavo por grupúsculos adoctrinados en esas perversas artes por la falta de educación y conciencia en nuestra sociedad, son estos una especie de sociópatas que aupados por una autoridad superior se les da el don de disponer de las vida de pequeños delincuentes que ya no son del provecho de los que antes se lucraban de ellos; ya que es de todos sabido que todas esas tramas estas encadenas en provecho de todos los que actúan. Debemos sincerar nuestras instituciones en procura de una sociedad más justa más equitativa, con verdaderas leyes que sean funcionales que se les puedan aplicar a todos los actores de la sociedad.
Nuestra nación no puede salir adelante con las brechas existente en una sociedad tan desigual donde la juventud está en desventaja en todos los sentidos. Las brechas son demasiadas distantes entre unos y otros. Solo tendríamos que tomar un solo caso para comprobarlo: Mientras en nuestro tren gubernativo nos en contáramos con casos de funcionarios que con el favor del gobernante percibe salarios y compensaciones por más de dos millones de pesos (RDS 2,000,000.00), te encuentras el otro extremo con un servidor público que apenas recibe siete mil quinientos pesos (RDS 7,500.00); cuando el mismo estado predica con sus números conservadores que no se puede vivir con menos de cuarenta mil pesos mensuales (RDS 40,000.00), que viene a ser el precio de la canasta mínima mensual.
¿A dónde se fue a residir la justicia? ¿Es que acaso hay formas de salir del sub desarrollo y la pobreza viviendo en esa calamitosa y penosa situación? Sería justo esperar que etas nuevas autoridades que recién se estrenan en el tren gubernativo tomara en cuenta estas situaciones y parafraseando su eslogan de campaña; haga lo que nunca se ha hecho y corrijan lo que está mal. Para el bienestar de nuestra sociedad. Por el bien de todos esperemos que así sea. Autor: Wilson A. Ferreras F.
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