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lunes, 30 de julio de 2012
Nuevo obispo deplora desigualdad social en el país
Narciso Acevedo
San Francisco de Macorís
El nuevo obispo de la Diócesis de esta ciudad, monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, deploró el estado de desigualdad social que impera en la sociedad, donde se hace necesario que haya una unificación de todos los sectores a favor de los que nada tienen, al tiempo de criticar la falta de medicina en los hospitales, el desempleo y las condiciones infrahumanas en que viven miles de dominicanos.
Al celebrar su primera eucarística en la Catedral Santa Ana, Mejía Vallejo abogó por la formación de los valores entre la familia, tarea que deben poner en marcha los padres desde sus hogares con la finalidad de lograr vivir en un mundo mejor.
El obispo Mejía Vallejo sostuvo que es necesario que se fomenten los valores entre los hijos y los padres, así como también el valor de compartir, del trabajo, de la honradez y la obediencia, indicando que todo esto se junta naturalmente para garantizar lo que tanto Dios quiere en este mundo.
“La gran mayoría no tiene medicina porque no hay en los hospitales, la gran mayoría no tiene acceso a la educación de calidad, la gran mayoría no tiene un trabajo digno, en el que pueda vivir con la frente en alto, cantida cantidades de niños viven una vida infrahumana en la sociedad dominicana”, precisó.
Mensaje a los padres
Con motivo de celebrarse ayer el Día del Padre, Mejía Vallejo dedicó parte de su sermón a los que junto con las mujeres, forman el núcleo de la familia.
“A ustedes padres que deben de compartir hoy (ayer) con sus hijos, de una u otra manera estamos implicado en el aspecto familiar, no solamente que a los hijos les den el alimento, como hacen muchos padres, que piensa que su obligación es solamente darle el alimento material, es verdad un niño necesita el alimento cuando está pequeño, pero lo que más necesita es la ternura, cariño y amor”, afirmó.
Expuso que la gran tragedia de la sociedad dominicana de hoy comenzó en el memento que comenzaron la cantidad de divorcios que se registran en el país, y la suma de hijos ilegítimos que padres irresponsables van lanzado al mundo, quienes después son los candidatos a este desastre que muchas veces se vive.
“Felicito a los padres, pero también a los que no han sido responsables; siempre, pues, hay un momento para empezar, porque si queremos un país diferente no hay otro camino que fortificar la familia”, expresó.