Prince Royce es un joven con una formación de valores. Así lo dejó saber mientras respondía preguntas de los periodistas en una suite del hotel Jaragua a su llegada al país el pasado domingo. Se hace evidente en sus respuestas.
“Yo a esas personas que me humillaron y me cerraron las puertas y que decían que mi música no servía, no tengo nada que decirles, no siento ningún tipo de rencor por ellos, todo lo contrario. Si me los encuentro le doy la mano”, dice sonriente el intérprete de “Las cosas pequeñas”.
Para él obtener el éxito que ha logrado gracias a su música no ha sido cosa fácil, aunque muchos así lo crean.
“Ha sido un camino difícil, yo antes prendía la televisión y veía a Marc Anthony triunfando y creía que era simple la cosa. Nunca vi el sacrificio que había detrás de todo”.
El compositor de “Corazón sin cara” aclara que es el resultado de muchos años de trabajo y dedicación y no como algunos creen.
“Muchas personas piensan que yo soy famoso y pegué de la noche a la mañana. Que tengo fama, premios y muchas otras cosas rápidamente, pero no es así”, dice y confiesa que fueron muchos años de trabajo.
Desde los 14 años Prince Royce trabaja en su proyecto. En sus inicios cantaba en todos lados, en clubes, karaokes, en actividades de la comunidad criolla en los Estados Unidos, en definitiva estaba por todos lados, y a todos esos lugares él llegaba con su mochila y su demo en la mano.
“Era fuerte saber que uno cantaba y que la gente ni siquiera te aplaudía o que no bailaba mi música”, nos cuenta, pero hoy la historia es otra. Este joven de apenas 22 años ha logrado pisar escenarios tan importantes como La Quinta Vergara, en Viña del Mar, ha vendido millones de copias de discos y acaba de ser unas de las estrellas de la noche en los premios Billboard (se llevó 8 de las 12 nominaciones que tenía).
Agradece cariño
Hoy día se siente feliz porque “finalmente se me está reconociendo y mi trabajo está cosechando éxitos. No sé lo famoso que soy hasta que no llego a un premio o a Viña del Mar y siento el calor de la gente y veo lo que pasa con mis propios ojos”. Sin embargo, para el artista de origen dominicano lo más importante “es estar en el corazón del público, no es ganar o perder, aunque sin lugar a dudas ganar es bueno. Pero para mí es mejor poder cantar en un premio”.
Confesó que aunque ha logrado muchos premios trata de no emocionarse con los galardones.
Agradece ante todo el apoyo de su familia, su madre y su padre, de quienes ha aprendido mucho.
“Mi madre es la parte dulce y mi padre la mano firme”, dice sonriente y más suelto que en otras ocasiones cuando ha venido de promoción a República Dominicana.
Una cosa que quiere dejar claro Prince Royce es que él hace y canta bachata porque así lo sintió, no porque nadie se lo impuso. “No quiero que la gente piense que yo estoy cantando bachata porque me dijeron que ese el género que tenía que hacer, por lo contrario, visito el país desde que estoy pequeño la mayoría del tiempo cuando no estaba estudiando estaba aquí y lo que escuchaba era merengue o bachata, no era un género desconocido en mí”.
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Una de las cosas que recuerda Prince es que hubo un momento cuando tuvo que decidir en comprarse un carro o gastar el dinero que tenía para grabar un disco y poder tener un demo. “Me gasté como 6 mil dólares en la grabación y no pude comprarme mi carro”. Pero hoy día entre risas cuando se le pregunta si ya se compró el carro, dice, “jajaja, si, ya me compré el carro, una casa…”, y no siguió.
Pero él expresa que se siente raro porque hoy día él puede devolverle a su madre el dinero que ella le prestó para que hiciera música cuando nadie creía en él. “Mis padres se criaron con mucha pobreza en el campo, llegaron a Estados Unidos con el deseo de progresar; yo no soy hijo de ricos, yo viví en un apartamento de un cuarto para cinco personas. El mensaje que quiero dar es eso: que persigan sus sueños y la única manera de llegar es con la acción”.(Emelyn Baldera/Listín Diario)
Publicado por Joseph Caceres