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lunes, 9 de abril de 2012

La perspectiva del Mayor General José Armando Polanco Gómez

Por Gregory Castellanos Ruano.


Finalizando el mes de Marzo del 2012, en ocasión de participar, junto al Ministro de Estado de Interior y Policía, en un acto de entrega de tres cheques de setecientos mil pesos (RD$700,000.00) cada uno a las familias de tres miembros de la Policía Nacional que fueron matados mientras cumplían con su deber, el Jefe de la Policía Nacional, Mayor General José Armando Polanco Gómez, externó las siguientes declaraciones: "Si los códigos Procesal Penal y del Menor se mantienen invariables, la seguridad y la sociedad podrían colapsar".

``La sociedad dominicana se dejó imponer un Código Procesal Penal que no era el que nosotros necesitábamos, nosotros necesitábamos un código con otras orientaciones jurídicas, no era ése.`` ``Bueno como la sociedad aceptó como bueno y válido ese código, ahí están los resultados. ``

Dicho Jefe policial también tuvo duras palabras respecto del Código del Menor: citando el caso de los Estados Unidos señaló que ``cuando un adolescente comete un acto delincuencial, puede ser considerado que actuó con conocimiento de causa y entonces éste es procesado como si fuera mayor de edad``. ``El Código del Menor es otro aspecto terrible que se tiene que resolver, aquí un menor comete un crimen y sólo se le da una condena de cinco años``.

¿Qué lleva a un Jefe de la Policía Nacional a expresarse de esa manera respecto de dos códigos vigentes en la República Dominicana?

Evidentemente son expresiones de clara impotencia ante un panorama de arruinamiento social.

Se expresa en términos apocalípticos: habla de colapsar.

Lo primero que hay que resaltar es que la ventana social del Jefe de la Policía Nacional le permite monitorear el desfile de la vida de la sociedad dominicana.

¿Qué vio el Jefe de la Policía Nacional, qué ha visto, qué está viendo que lo lleva a expresarse así?

¿Qué ve desde su ventana social?

¿Qué ve que no ven (o no quieren ver) los representantes del Ministerio Público (o parte de éllos)?

¿Qué ve que no ven (o no quieren ver) los jueces (o parte de éllos)?

¿Qué capta el Jefe de la Policía Nacional que no captan (o no quieren captar) ni los representantes del Ministerio Público (o parte de éllos) ni los jueces (o parte de éllos)?

Quizás la naturaleza del acto realizado nos dé una explicación, aunque no sea completa, del porqué de dichas penetrantes como certeras expresiones de dicho Jefe policial: la entrega de recursos referida forma parte de una cobertura que ofrece un programa a los descendientes (hijos) y a las mujeres viudas de los agentes policiales, que han perdido la vida en ocasión del cumplimiento de sus deberes, de conformidad a lo que establece en tal sentido la Resolución No. 08-05, mediante la cual se creó dicho programa social policial.

Los miembros de la Policía Nacional caídos fueron el Segundo Teniente Oscar Manuel Sánchez Ogando ,el Sargento Mayor Homero Encarnación Encarnación y el Sargento Mayor Arismendy López Francisco, en hechos ocurridos los días 8 de mayo, 10 de julio y 17 de octubre del año 2011.

Se supone que la Policía Nacional es uno de los pilares en la lucha contra la delincuencia.

Atreverse los ladrones a dedicarse: a) a enfrentar armados a los miembros de la Policía Nacional; b) a matar policías para quitarles las armas para luego usar las mismas como medios de producción en ocasión de sus empresas delictivas o criminales: ambas cosas sólo significan una cosa: que los ladrones le perdieron el miedo a la Policía Nacional y se lo perdieron porque están conscientes de que la Ley (entiéndase el Código Procesal Penal) está del lado de éllos (= del lado de los delincuentes), que el Código Procesal Penal es su mejor aliado (= de los delincuentes).

Las expresiones del Jefe de la Policía Nacional no sólo son justificadamente apocalípticas, sino que también trasudan un cansancio de presenciar la continuidad o reiteración de la misma panorámica delictiva.

Evidentemente el Jefe de la Policía Nacional ve como los ladrones entran al circuito del flamante como repudiable ``sistema`` jurídico del CPP y salen con una facilidad aterradora para volver a seguir cometiendo sus fechorías en perjuicio y agravio de las víctimas y de la sociedad en general.

Es obvio que el Jefe de la Policía Nacional está padeciendo del Síndrome de Sísifo.

Sísifo es aquél personaje de la mitología griega que en la Odisea (xi. 593) de Homero se narra que en el infierno estaba condenado a empujar una roca gigantesca hacia arriba a través de una ladera empinada, pero antes de que llegase a la cima de la colina la roca en cuestión indefectiblemente siempre rodaba cuesta abajo, y Sísifo tenía que comenzar nuevamente desde el principio a tratar de subir dicha piedra a la cima, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, en una cadena sin fin.

Pero ese Síndrome de Sísifo generado por el crecimiento delincuencial y la reiteración delictiva generados, a su vez, por el Código Procesal Penal, no lo está padeciendo sólamente el Jefe de la Policía Nacional: lo está padeciendo también la sociedad dominicana desde el 26 de Septiembre del 2004 (= fecha de entrada en vigor del Código Procesal Penal). En otros términos: el Jefe de la P.N. observa con pesar y cansancio como la inmensa mayoría de los delincuentes logra burlar a la Justicia a través del Código Procesal Penal; pero no sólo él observa eso con pesar y cansancio: la sociedad también observa eso bajo esas (dichas) dos características; y la sociedad dominicana ha hecho consciencia de que la inmensa mayoría de los delincuentes logra burlar a la Justicia a través del Código Procesal Penal; quienes no han hecho consciencia de ello han sido los legisladores (Diputados y Senadores) dominicanos que pecan de una actitud indolente frente al sufrimiento que los delincuentes le causan a la sociedad dominicana, pero esta también viene observando dicha actitud indolente de los miembros del Poder Legislativo y también ha hecho consciencia de dicha actitud indolente de dichos legisladores: dicha actitud indolente de los legisladores dominicanos no está pasando desapercibida para la sociedad dominicana.