Con la mirada perdida en el espacio, Fermín Rosario, de 89 años de edad, narra como la corriente de la crecida del arroyo Gurabo en el Hoyo de Bartola le arrasaron su pequeña vivienda, dejándolo a la intemperie, sólo con la ropa que tenía encima.
Afirma que tiene 60 años residiendo en el lugar sólo porque sus hijos han hecho vida aparte, pero que nunca la crecida de este afluente había llegado hasta su humilde vivienda, por lo que ahora no encuentra que hacer.
“Yo estoy en la calle, porque no tengo donde irme ahora que la casa me la llevó el agua, estoy arrimado donde un familiar hasta ver que van hacer conmigo”, expresó.
Por una situación similar atraviesa la señora Victoria Almonte, de 86 años y quien lleva 20 años residiendo en la margen del río, pero ahora la corriente se llevó parte del baño y la cocina, mientras que parte de las paredes se han agrietado.
Solicitó de las autoridades que vallan en su auxilio, porque no pude quedarse en la vivienda, debido al mal estado en que se encuentra, porque hasta el momento las autoridades no les han prometido nada.
Explicaron que las autoridades que han acudido a ver los daños, no les han prometido nada, por lo que hicieron un llamado para que vayan en su auxilio.
En Hoyo de Bartola fueron seis las viviendas que la crecida del río arrasó, por lo que en el día de ayer los dueños se encontraban recogieron algunas maderas de la que quedaron, porque el solar despareció.
Las lluvias que durante la semana han estado cayendo en Santiago y gran parte del país han afectado decenas de viviendas la mayoría de las cuales fueron inundadas, pero destruidas suman cinco sólo en este sector, establecido en la margen del caudaloso afluente.
Este al igual que los Hoyos de Cantala y Elías, están en la margen de dicho afluente que en tiempo de lluvias experimenta una crecida, por lo que en constantes ocasiones inundan las viviendas que están en dicha margen.
Otras las zonas afectas por las lluvias fueron La Gloria de Cienfuegos, Hoyo del Fracatán, donde los afectados fueron visitados ayer por el vice-presidente de la República, doctor Rafael Alburquerque.
