Andrés Beltramo.
“Los obispos esperamos que surjan nuevos carismas de los Legionarios de Cristo”. Una frase profética pronunciada en agosto de 2011 por un clérigo español ante un grupo de sacerdotes ligados a la congregación fundada por Marcial Maciel Degollado. Palabras que se han concretado en los últimos días y no por obra de aquellos presbíteros, sino gracias a la iniciativa de algunas ex consagradas del Regnum Christi, a quienes se sumó Malén Oriol, ex líder de la rama femenina del movimiento. Ellas acaban de fundar un nuevo grupo, consumando así la primera fractura en la Legión.
Apenas el 22 de febrero pasado el arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello, erigió una asociación pública de fieles reconociéndole personalidad canónica. Su nombre: “Totus Tuus”, que significa “todo tuyo” y hace clara referencia al lema del pontificado de Juan Pablo II. El decreto eclesiástico 67/2012 dio el reconocimiento a este grupo de vida consagrada femenina.
La fundación se rubricó con un sencillo acto que tuvo lugar en la capilla privada del arzobispo chileno y en el cual participaron, además, el ex pastor de Santiago y cardenal Francisco Javier Errázuriz junto con el sacerdote José Antonio Varas. Con ellos las mujeres fundadoras, que viajaron desde ocho países de Europa y América. Todas ex consagradas del “Reino”.
No fue una ceremonia cualquiera. Con ella quedó sellada la primera división institucional en la obra iniciada por Maciel. Pronto se podrían concretar otras iniciativas similares. Un fenómeno previsible si se toma en cuenta la profunda crisis que debieron afrontar en los últimos años los Legionarios de Cristo y los miembros consagrados del Regnum Christi luego del reconocimiento, de parte de la Santa Sede, de la vida inmoral y “alejada de todo sentimiento religioso” de su fundador.
Muchas de las célibes consagradas en el “Reino” no pudieron superar el impacto que significó comprobar los actos de aquel a quien llamaban “nuestro padre”, los cuales incluyeron –entre otras cosas- abusos sexuales contra menores, consumo sistemático de drogas y procreación de varios hijos con amantes.
Malén Oriol fue una de las más desilusionadas. Hija de una noble y adinerada familia española, trabajó durante años junto a Maciel a quien no sólo conoció personalmente sino que incluso acompañó, con un selecto grupo de personas, en sus últimos días de vida. Hasta el 15 de febrero último ella ocupaba el puesto de asistente del director general para las consagradas, es decir el máximo rango al cual puede acceder una mujer vinculada a la Legión.
Pero había presentado su renuncia en octubre de 2011. ¿Qué ocurrió en esos cuatro meses? La actual cúpula de los Legionarios, de la cual todavía depende orgánicamente el Regnum Christi, buscó por todos los medios convencerla de no dejar esa responsabilidad. Así lo confirmó el delegado pontificio encargado de guiar la reforma de ambas instituciones, el cardenal Velasio De Paolis, en una carta pública.
Pese al proceso de renovación interno, ordenado por Benedicto XVI para asegurar la supervivencia de esas dos asociaciones, ella decidió abandonar. No fue la única, al menos 156 de sus compañeras hicieron lo mismo en los últimos tres años, pero pueden ser más. Según cifras oficiales a inicios de 2009 el número de consagradas ascendía a 956 mientras a finales de 2011 era de 800.
De éstas no se sabe exactamente qué cantidad pasarán a formar parte de “Totus Tuus”. La arquidiócesis de Santiago de Chile no especificó cuántas integrantes reunirá la nueva asociación de fieles, aunque extraoficialmente se habla de unas 30. Tampoco se ha informado si su superiora será Malén Oriol.
Sólo existe certeza, por ahora, que el cardenal Errázuriz tendrá el encargo de acompañar espiritualmente a la nueva comunidad durante su primer año de vida. Y, sobre todo, que la iniciativa cuenta con el total apoyo de Benedicto XVI quien comunicó su “parecer favorable” a través de la Secretaría de Estado del Vaticano.
El detalle no es menor si se piensa que el Regnum Christi se encuentra empeñado en un proceso de renovación autorizado también por Benedicto XVI. En el Palacio Apostólico existe conciencia de las dificultades y las resistencias a la reforma, causadas entre otras cosas por una cúpula que sutilmente boicotea el itinerario de cambio.
Este contexto y la percepción de un Velasio De Paolis demasiado lento para tomar decisiones que corten de raíz con la estructura antigua (que permitió los abusos del fundador) ha producido también abandonos entre los sacerdotes legionarios. Según los más recientes datos oficiales unos 42 presbíteros salieron de la congregación en los últimos dos años. Pero según estimaciones extraoficiales la cifra podría superar los 100.
Entre ellos destacan cuatro hermanos de Malén Oriol: Juan Pedro, Santiago, Ignacio y Alfonso. Todos son sacerdotes y todos dejaron la Legión. Santiago y Alfonso estuvieron presentes en el retiro de algunos días que un grupo de curas (algunos todavía en la congregación, otros ya fuera) organizaron en agosto pasado en Córdoba, al sur de España.
En esa reunión rezaron, compartieron frustraciones y concluyeron la necesidad de fundar una nueva estructura que pueda nuclear a los ex legionarios. No se pusieron de acuerdo en los detalles, aunque algunos están seguros que la fórmula de “fraternidad sacerdotal” podría ser idónea. Otros, en cambio, no se mostraron del todo convencidos y prefirieron esperar. De todas maneras resulta previsible que nuevos carismas surjan de la Legión de Cristo, azotada por una tormenta que lejos está de haber llegado a su fin.