Nurys Rivas
Causa pánico la noticia sobre la actuación de un tipo que ejercía como médico en el principal hospital del Cibao.
Dicen que lo ha hecho en otros hospitales y dicen además que los hospitales públicos están habituados a este tipo de acciones, lo dicen así como si nada, como si se tratara de un de un chiste.
La interrogante es, como es posible que en una institución que tenga cierta organización, suceda semejante desacato, este personaje ejercía como médico, cobraba por ello a los familiares y todo pasaba inadvertido.
Existe una administración, una dirección, suponemos que el personal médico llevará una identificación, ponchan tarjeta, algo de orden debe haber como para que un extraño no pase inadvertido, mucho menos tratándose de un médico, que si cobraba por sus servicios, algún protocolo debió darle a sus operaciones, firmar recibos en una oficina, poner el sello del hospital, por Dios, de cuantos absurdos debemos ser testigos.
Imagino que un profesional de la medicina deberá al menos, ser conocido por sus compañeros, no creo que nadie que vista una bata blanca y se ponga unos guantes, pueda presentarse en una sala de cirugía y empezar a operar pacientes, sustentando esta teoría, nos parece sensata la sospecha del director del hospital de que el supuesto “doctor Alcántara”, actuó con la ayuda de alguien del personal de salud, lo que no exime a la seguridad del hospital de enfrentar una merecida reprimenda.
Se trata de un gran centro de salud, pero hay personal de sobra, para que no pueda “colarse” un intruso, al menos no al nivel que lo hizo, los hospitales tendrán un control adecuado de su personal, médicos, especialistas, estudiantes, internos, cada uno debe contar con una identificación, hay que tomar en cuenta sobre todo, que estas personas tienen en sus manos, la vida y salud de mucha gente.
¿Quién le conocía, bajo cuáles miradas actuaba?
El fulano ha sido sentenciado por el titular de Salud Pública a una sanción ejemplarizadora, considerando a su vez, que la acción es de “mucha gravedad”, ante tal hazaña, las palabras del Ministro parecen leves, a este hombre hay buscarlo y si acaso lo encontraran, el castigo debería superar cualquier expectativa, porque no puede jugarse con la vida humana.
No pretendemos magnificar los hechos, simplemente es un caso especial, porque aunque no es la primera vez que alguien se hace pasar por médico, hacerlo dentro de un centro de la categoría del Cabral y Báez, lo convierte en casi insólito, además involucra riesgos para la vida de los pacientes y por tanto, no puede ser silenciado.
El Doctor Báez, Director del hospital, puede estar tranquilo, porque aunque se publique y hable de esto, si su desempeño en la dirección ha sido buena, nadie podría regateársela, lo que no puede ocurrir es que por temores, casos semejantes permanezcan impunes.
Al parecer existen pistas del personaje, se cree que ha “ejercido” en otros hospitales, o sea, que es un “médico” de experiencia, en este caso no será difícil su apresamiento.
Lo importante es poner candado antes de que nos roben y evitar que se repitan este tipo de acciones, y sobre todo, agradecer a la protección divina, de que no sucediera nada irreparable