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martes, 24 de enero de 2012

Enrique Rojas: «La primera epidemia mundial son las rupturas conyugales»


El catedrático de Psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid, Enrique Rojas, ha asegurado que «la primera epidemia mundial» que existe en la actualidad «no son las drogas, ni el sida, ni las depresiones, ni el estrés, sino las rupturas conyugales». En este sentido, Rojas ha explicado, en una entrevista concedida a Europa Press, que las rupturas matrimoniales pueden combatirse «conociendo la metodología del amor actual» pues, a su juicio, «uno de los errores más graves de los últimos años» es considerar que el amor es «fundamentalmente un sentimiento» ya que, según ha apuntado, el amor es, sobre todo, «un acto de la voluntad, es decir, la determinación de trabajar el amor elegido».

(EP) A su juicio, este trasfondo ha de ser enseñado en el seno de la familia, en los colegios y las universidades, pero ha lamentado que estos temas "pasan desapercibidos" y que, a no ser que la persona ahonde en ellos debido a una experiencia personal --separación de los padres, etcétera--, acaban por no abordarse.

La educación comienza en la familia
En cualquier caso, ha indicado, con motivo de su participación el próximo sábado 28 en Madrid en el III Congreso de Educadores Católicos organizado por la Fundación Educatio Servanda, que la familia es el seno donde comienza la educación de todo ser humano, y en esta educación, ha destacado la de los sentimientos, la de la inteligencia y la de la voluntad.

Pero también ha subrayado el papel de la Iglesia Católica en esta formación ya que, a su juicio, el Papa es "un líder mundial en el campo de la ética", a pesar de que, según ha apuntado, en la sociedad "se lleve lo políticamente correcto de hacer ostentación de no creer en nada" algo que ha calificado como "un desierto intelectual muy serio". "Las tres compañías más importantes cuantitativamente en el mundo son la FIFA, que está en todo el mundo, la Iglesia Católica, en 250 países y Coca-Cola, en 200 países", ha remarcado para destacar la importancia de la Iglesia.

La Iglesia, maestra en humanismo
En esta línea, ha señalado que le parece "interesante" que, como ocurre en el Congreso de Educadores Católicos, el tema de la educación lo trate "gente creyente, de la Iglesia católica" porque, a su parecer, la Iglesia "ha sido y es una maestra en humanismo".

Dentro de la educación, Rojas ha precisado la relevancia de educar en los sentimientos, es decir, de enseñar a expresar afecto, desde la familia. Pero, antes de esto, ha puntualizado que primero, es necesario saber que educar es "enseñarle al hombre lo que es la vida".

Para entender esta definición, Rojas ha explicado que el hombre es "un ser racional compuesto de cuerpo, alma y espíritu, que utiliza los instrumentos de la razón, tiene intimidad, capacidad para hablar, es decir, de comunicar lo siente, y es el único ser vivo capaz de prometer" y la vida es "la razón vital, la razón de las razones", que ha de tener, según ha señalado, dos notas esenciales, "la personalidad y el proyecto de vida que a su vez debe tener cuatro características: amor, trabajo, cultura y amistad".

Atendiendo a la educación de la inteligencia, que también debe nacer en la familia, el catedrático de Psiquiatría, ha concretado que se trata de enseñar a utilizar de forma correcta la razón, a pensar, a tener espíritu critico, a distinguir lo positivo de lo negativo, a contemplar la realidad con espíritu escrutador y a leer. "La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio físico es al cuerpo", ha aseverado, al tiempo que ha recomendado algunas obras como la Toráh, el Evangelio, el Corán, el Ramayana, el Tripitaka (budismo) y la Mahabhárata así como los grandes autores como Cervantes, Shakespeare, Molière o Tolstoy, entre otros.

Finalmente, el autor de 'No te rindas', libro del que ha vendido en España en torno a 60.000 ejemplares, ha ofrecido un tercer y último consejo para educar centrado en la educación de la voluntad o, lo que es igual, "la capacidad para ponerse metas concretas y luchar por alcanzarla". En este sentido, ha aconsejado hacer las cosas no porque apetezca hacerlas sino porque ayuden a crecer como persona. De hecho, ha afirmado que "una persona con voluntad llega en la vida más lejos que una inteligente" pues sin voluntad, se está "a merced del capricho o del deseo inmediato".