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domingo, 25 de diciembre de 2011

Mis padres en el Matum


Escrito por: Orlando Jorge Mera ( orlandojorgemera@hotmail.com)

El 19 de diciembre se conmemoró el 46 aniversario de la batalla del Hotel Matum, ocurrida en 1965. Para esta ocasión, se celebró una sencilla y emotiva ceremonia en el Matum. En la misma, se le colocaron rótulos con los nombres de los funcionarios del gobierno constitucional del Coronel Francisco Alberto Caamaño presentes durante la batalla, en las puertas de las principales habitaciones del hotel. Una de esas puertas, la 205, correspondió a mi padre, Salvador Jorge Blanco, quien fue procurador general.

Mi madre, Asela Mera, estuvo junto con él. Lipe Collado ha publicado “La Batalla del Hotel Matum. 1965. Cronología” (2011), obra en que recoge los detalles de lo acontecido antes, durante y después de este hecho que marcó a toda una generación de militares, políticos y profesionales, especialmente de Santiago.

Al leer la obra, confirmé varios hechos relacionados con mis padres, que había escuchado, y pude comprobar la existencia documental de los mismos: a) El hecho de que la casa de mis padres fue tiroteada en la madrugada del 20 de diciembre de 1965 (pág. 98); b) La discusión entre un soldado y mis padres por supuestamente haberles encontrado “literatura comunista” en manos de mi padre y una copia del himno de la Revolución. Este incidente ocurrió a las 10:15am del 20 de diciembre, y fue disuelto gracias a la intervención de un teniente, según relata Collado (pág. 88); y c) A las 12:10pm, mi padre, al igual que otros militares y dirigentes, fue interrogado por la Comisión Investigadora, informando que “los militares constitucionalistas y civiles reunidos en el Matum fueron atacados de repente sin que mediara provocación” (pág. 98).

Collado publica en su obra la lista íntegra de los militares y civiles que resistieron con valentía los ataques de las tropas ocupantes. Invito a leerla para que las nuevas generaciones conozcan a las mujeres y a los hombres que, ese día, defendieron, con valor y gallardía, la constitucionalidad dominicana. La mayoría de ellos están hoy ausentes, y otros están entre nosotros. Mi reconocimiento a su patriotismo, entrega y sacrificio.