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viernes, 9 de diciembre de 2011

La lectura para hoy.




Así dice Yavé, el que te rescata, el Santo de Israel: "Yo soy tu Dios y te enseño lo que te es provechoso, indicándote el camino que debes seguir. Si hubieras estado atento a mis leyes, la dicha te habría inundado como un río. Habrías sido fuerte como las olas del mar, y tus hijos, numerosos como los granos de arena, y tu nombre no sería nunca arrancado o borrado de mi vista."

Salmo
Sal 1, 1-2; 3; 4; 6
Dichoso el hombre que no va a reuniones de malvados, ni sigue el camino de los pecadores ni se sienta en la junta de burlones, mas le agrada la Ley del Señor y medita su Ley de noche y día. Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta. No sucede así con los impíos: son como paja llevada por el viento.
Evangelio
Mt 11, 16-19
¿Con quién puedo comparar a la gente de hoy? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros: Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar. Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dijeron: Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. Con todo, se comprobará que la Sabiduría de Dios no se equivoca en sus obras."