Lic. Jordi Veras
Me veo precisado hacer unas puntualizaciones a un artículo que hace unos meses publicara mi amigo Pedro Domínguez Brito, con el título de “Para que no lo mate un sicario”. Entre otras cosas, para refrescar la memoria y de que a la vez, lo que no leyeron el mismo, les expondré algunos párrafos del indicado escrito. Veamos:
“Un especialista en la materia me informó que en Dominicana alrededor del 90% de los casos de sicariato no se resuelven”. “Y lo peor -me dijo- es que muchos pasan desapercibidos, pues generalmente sólo se conocen aquellos donde son varios los asesinados, o cuando el hecho se presenta en un lugar público”.
Continúo citando: “Le pregunté sobre cuáles eran las características de nuestros sicarios, pues cuando las autoridades atrapaban uno, observaba que eran personas jóvenes, que no eran “profesionales” en su labor”. “Pedro, puntualizó el amigo, si bien es cierto que existen sicarios torpes, que parecen novatos, muchos de los que son apresados, con sus caritas dizque inocentes, cuentan con decenas de muertos, porque como viven endrogados ya no tienen consciencia de lo que hacen”.
Además indica Pedro: “Pero mi mayor impacto surgió cuando expresó que nuestros organismos de seguridad sabían de dominicanos que se han entrenado como sicarios en el exterior, donde hay escuelas para tales fines, lo que complicará la batalla contra este fenómeno otrora impensable entre nosotros, pero ahora convertido en nuestro pan de cada día”.
“Al final de la conversación le pedí que sugiriera algo para evitar ser víctima de un sicario y me contestó: “Pedro, es sencillo, que nadie haga lo indebido ni se junte con personas que anden por malos caminos”.
Este especialista que menciona nuestro amigo Pedro, pienso que debe actualizarse algo más, porque de acuerdo a los puntos que le sugirió sobre sus conocimientos en este tipo especial de crimen, que si en algo tiene mucha razón, se ha convertido, no solamente en nuestro pan de cada día, sino en una forma de empresa criminal para gestionar recursos.
Si bien es cierto que participan muchos jóvenes que por alimentar su vicio de las drogas realizan y conllevan este tipo de delitos, sin embargo, eso no es el principio, se ha demostrado que mayormente quienes están realizando y conllevando este tipo de acciones son personas profesionales en el crimen. Lo mismo confirma que muchos de los que se vinculan en este tipo de fenómenos son policías o ex policías y que tienen suma experiencia en el manejo de las armas y del tiro.
Asimismo, que estamos recibiendo inyección desde la criminalidad importada. Si esto hace años, no ahora, eso no es nada nuevo. Sin embargo, debemos recordar que los primeros que iniciaron este tipo de acciones criminales y crimen de nuevo tipo, fue desde el cuerpo policial. Pero no necesariamente tiene o ha sido una factura extranjera el conllevar el crimen de sicariato, esto ha sido una influencia agregada y una forma de perfeccionamiento.
Ahora bien, amigo Pedro, este especialista donde entiendo debe revisar su análisis o su criterio, cuando sugiere, que para evitar ser eliminado por un sicario: “que nadie haga lo indebido ni se junte con personas que anden por malos caminos”. Esta afirmación, la respetamos pero no la compartimos, al igual como sus demás consideraciones, pero esto no se corresponde con la realidad de hoy. Ya el uso del sicariato, no tiene ni está relacionado, sola y exclusivamente, con la factura de la droga, el lavado o el narcotráfico. Por esto se ha convertido en una empresa criminal. Ya dependerá de la mente enferma o criminal de cada quien. Si una persona desea llevarse a otro porque le cobra una deuda legal, utiliza este método; si desea llevarse a otra persona porque entiende que es una amenaza porque realiza una labor honesta, seria y honrada, utiliza un sicario; si por algún asunto pasional utiliza un sicario; si desea callar la boca porque ejerce la labor de periodista, utiliza un sicario
En fin hoy, no podemos decir ni expresar categóricamente como sugiere, este especialista, que todo el que no esté haciendo lo indebido o anden mal acompañado, está libre o salvo de un sicario o de la mente del que 'hombre de atrás', aquel que paga a un sicario para eliminar a otra persona. Al convertirse en una empresa o una forma de hacer dinero, nadie, amigo Pedro, está exento de recibir un disparo de algún sicario. Esto último, es precisamente lo que ha convertido en una preocupación para toda la sociedad dominicana, que ya no hay parámetros para determinar los objetivos de los sicarios y los autores intelectuales. Pensar como ese especialista, no nos conduce a una solución, ni representa la realidad de hoy.