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martes, 1 de noviembre de 2011

No fueron los indignados

Lic. Jordi Veras.



Tan pronto fue vilmente asesinado, el hombre fuerte de Libia, Moammar Gadhafi, por las tropas de la OTAN y el grupo de mercenarios que la propia CIA había logrado utilizar para que conllevaran el genocidio, no de asesinar o matar el líder libio, sino de utilizar todo tipo de armamentos para ametrallar y bombardear parte de Libia. Tal como ciertos líderes políticos habían pronosticado, como el caso de Fidel Castro, que pronóstico en sus Reflexiones, hace ya ocho meses, lo siguiente: “Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio”.
Los países que integran el eje de la OTAN, realizaron un labor primero de inteligencia, ayudados por la misma CIA, ya que aprovecharon lo que había estallado en Túnez y Egipto, que eran movimientos de personas indignadas y en protestas por los regímenes que habían estado al frente de esos países, sin embargo, en esos no intervino la OTAN, porque eran parte de sus aliados. Procedieron a utilizar rebeldes, con la apariencia de indignados.
Se hizo el trabajo adecuado de tal forma que daba vergüenza ajena escuchar algunos medios, principalmente en nuestro país, hablando que ya Libia se había liberado, pero caramba, sino fueron los mismos libios que decidieron su destino. Estaban reproduciendo por la radio y televisión, lo que la OTAN deseaba que se conociera, sin embargo, los bombardeos indiscriminados contra civiles nada de eso se condena hoy. Ese grupo de países del Tratado Atlántico Norte había hecho, en pleno siglo 21 una moderna cogioca o labor de pirata moderna, a lo Francis Drake, pero más violenta y vil.
¿Ustedes saben quién reconstruirá a Libia? No los EEUU, ni Gran Bretaña, ni Francia, ni Italia, ni Bélgica; lo hará el propio pueblo libio con su sudor y sacrificio, con los dólares que estaban depositados en los bancos de esos países. Muchos de los cuales tenían problemas financieros y vieron la gloria ante este saqueo vil de nuevo tipo. Parece increíble que en los primeros años de un nuevo siglo y de tiempos con ideas y pensamientos supuestamente modernos y de líderes renovados, como Barak Obama, se esté propiciando y permitiendo asesinatos y genocidios de esta naturaleza. Bien hizo el mismo líder cubano en llamarlo ante tantas promesas y bellos discursos, que no ha cumplido, como: “el encantador de serpientes”.
Independientemente de que se esté de acuerdo o no con la forma de gobernar de Moammar El Gadhafi, eran y debieron ser los libios quienes propiciarán sus propios cambios, si así lo deseaban. Esos mercenarios y supuestos rebeldes que asesinaron a Gadhafi estando ya preso, son los Bin Ladem del mañana, que hoy auspician y entrenan la Cia.
Para el que no lo sabía, los libios tenían el per cápíta más alto de Africa y entre los diez más altos del mundo, todos los libios tenían casas y carros; los chinos construían un millón de apartamentos y Gadafi un acueducto de 4,500 kilómetros y un río artificial a un costo de miles de millones de dólares, con el cual pueden suplir de agua en el desierto a Libia por años; el 82% de los libios estaban alfabetizados; no había desempleo y las expectativas de vida era igual a la de EEUU, de 75 años. La salud y la educación eran gratuitas.
Si a la OTAN le preocupan los gobiernos supuestamente despóticos. ¿Por qué no hacen nada contra Arabia Saudita, Emiratos Arabes o Dubaí?. Porque esos hoy son sus aliados.
Lo penoso de esto, es que el mundo se ha vuelto unipolar, hay un policía del mundo que dice lo que es correcto o incorrecto para los demás y no para sí. No existe un contrapeso. El pueblo libio, como otros que tienen su propio sistema, tienen el derecho y la forma de decidir, en su momento, lo que desean.
No debe sorprender a nadie que mañana sea Cuba, Venezuela, Irán o Argentina, a los que le busquen la excusa para crear otro saqueo o invasión de nuevo tipo, tan sólo porque no van acorde con los intereses de rapiña que hoy enarbolan los grupos de la OTAN,. No nos dejemos tomar el pelo y pensemos que fueron los indignados o el pueblo libio que asesinó y ejecutó a Gadhafi vivo.