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domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Estará el carácter pasando de moda?



POR SALVADOR SABINO



¿Por qué tanta infidelidad, divorcios, trampas y traiciones, etc.? Los antiguos suelen decir: “las cosas no son como antes.” “Los hombres de hoy no tienen palabra.” Aunque este es comentario común de generación en generación, el cual señala lo viejo como mejor, no son muchos los que contienden en contra cuando se trata del carácter de la generación en que viven. Hoy, muchos concuerdan con que “hay escases de integridad”. Tal parece que según, nos desarrollamos como humanos, la mentira, la falsedad y la hipocresía, aumentan. Dijo un anónimo, “la mentira le da la vuelta al mundo; mientras la verdad se toma su tiempo atando sus cordones, mas siempre gana el premio”. ¿Por qué tanta infidelidad, divorcios, trampas y traiciones, etc.? Podemos deducir que según Moisés, existen cinco ingredientes en la mezcla de la santa unción, de la cual el segundo es la canela que tipifica integridad; en otras palabras: honradez, rectitud, moralidad, entereza, honestidad, decencia, totalidad, completo, pureza. En Éxodo 30:22-25, “Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, 24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. 25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa.” La canela es la parte interior de la corteza de un árbol de rico aroma, natural de Ceilán y Malasia, miembro de la familia laureliana que crece a más de 30 pies de altura con ramas extendidas y flores blancas. De acuerdo con Proverbios 7:17, la canela se usa para perfumar. En el mundo actual tiene numerosos usos. La raíz de la palabra canela significa “derecho” o “erguido.” Esto señala la integridad del ungido. Al ungido de cabal integridad le interesa la opinión de su Dios y no busca reconocimiento humano. Oral Roberts, evangelista norteamericano, dijo: “Es mejor que te critiquen a que te adulen; porque cuando te critican tú buscas el rostro de Dios; más cuando te adulan, tú buscas la gloria de los hombres”. ¿Será el integro una persona perfecta, que nunca se equivoca? No, de ninguna manera. Todos los humanos fallamos, tenemos debilidades, fragilidades que nos impiden llegar a la perfeccion, aunque debemos luchar y buscar por alcanzarla cada día. Reclamar ser perfecto, no admitir las fallas, pifias y errores, es orgullo. El integro no es orgulloso pero si es digno. ¿Qué hace el orgulloso cuando falla? El esconde su basura debajo de la alfombra o tapa su excremento como lo hace el gato. El integro, admite, se arrepiente y se aparta de su pecado (Prov. 28:13).. Con respecto a la integridad, Pablo, instruyendo a Timoteo sobre la elección de los diáconos, enfatizó: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez…” (I Ti. 3:8). ‘Sin doblez’ (dilogos) es literalmente no tener dos lenguas. Es decir, no dar dos diferentes versiones de un mismo incidente. El ungido no es de palabra ni de compromiso cuando le falta canela a su unción. La canela produce una fragancia tan dulce y pura como lo hace el desear a los demás éxito en todo. Alegrarse del éxito del prójimo muestra que el que celebra está lleno de esta fragancia. Al contrario, hay otros que cuando alguien llega a algún tipo de éxito, le buscan y difunden la debilidad del ganador y en el extremo hasta maldicen su victoria. La canela o el buen carácter es una fragancia que nos conlleva a amarnos los unos a los otros, de manera que procuramos la felicidad el uno al otro. ¿A dónde iremos sin esta canela, esta integridad o carácter? Cuando estamos balanceados en nuestra unción, con esa medida de canela favorable y recetada por el mismo Dios, es nuestro propósito serle fiel a nuestros amigos, familiares, esposa y personas en general. La persona íntegra es lo que usted ve, la persona que usted conoce; o sea, no es una persona que finge ni es hipócrita, sino que es una persona de carácter, sin doblez, sea político, pastor, artista, deportista, o de cualquier rama. Cuando buscamos crecer en integridad, nuestros hijos crecen en carácter, como crece todo aquel que se asocia con nosotros. Levantemos el estándar para mejorar el mundo en esta generación tecnológica tan especial para que según esperamos que regrese el Rey de Gloria a llevarnos al paraíso que El ha preparado para todo aquel que le ama.