Main Nav

domingo, 20 de noviembre de 2011

El papa considera que el sida en África es un problema ético



Ouidadh (Benin)
EFE
El papa considera que el sida, que afecta especialmente a África, exige una respuesta médica, pero que es sobre todo "un problema ético", y que ese continente necesita reconciliación y paz, pero que para ello es necesario que los responsables de los crímenes cometidos sean sometidos a la justicia.
El pontífice así lo señala en la exhortación apostólica "Africae Munus", documento conclusivo del II Sínodo de Obispos para África celebrado en 2009 en el Vaticano, que firmó hoy en la basílica de la Inmaculada Concepción, de Ouidadh, cerca de Cotonú, considerada la primera catedral de África occidental.
En la exhortación, de 137 páginas, el papa Ratzinger "deplora y condena enérgicamente el trato intolerable" que reciben tantos niños en África y recuerda, entre otros, a los albinos, los niños de la calle, los niños soldados, los forzados a trabajar, los considerados brujos y los vendidos como esclavos sexuales.
El documento lo preparó con las 57 propuestas que le presentaron los 244 obispos africanos que asistieron al sínodo, en el que señalaron -en la misma línea que lo hizo él durante su viaje de 2009 a Camerún y Angola- su "no" al uso del preservativo contra el sida.
En aquel viaje el papa dijo que el sida no se combate "sólo con dinero, ni con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan el problema", sino que se vence con "una humanización de la sexualidad y nuevas formas de conductas".
Sus palabras, en un continente donde 27 millones de personas están contagiadas por el virus del sida, fueron duramente contestadas desde varios países occidentales, que subrayaron que el preservativo es fundamental para prevenir la transmisión del sida.
Ahora no ha hecho referencia explícita al condón, pero ha insistido en que la respuesta médica no es suficiente, porque el problema "es más profundo, es ético".
El papa agrega que la pandemia exige un "cambio de conducta", como por ejemplo la abstinencia sexual, el rechazo de la promiscuidad sexual y la fidelidad en el matrimonio. A la misma vez exige a las farmacéuticas tratamientos de alta calidad y de menor coste.
En el documento exhorta a los africanos a la reconciliación, la justicia y la paz, pero señala que para que esa reconciliación engendre una paz duradera los responsables de los crímenes deben ser puestos en manos de la justicia.
"Las víctimas tienen derecho a la verdad y a la justicia y es importante purificar la memoria para construir una sociedad mejor en la que esas tragedias no se vuelvan a repetir".
Benedicto XVI arremete contra las multinacionales, que ya dijo están devastando África, y los gobernantes corruptos y subraya que el que una minoría "confisque los bienes de la tierra en detrimento de pueblos enteros es inaceptable porque es inmoral".
En "Africae Munus" el papa pide protección para la familia y denuncia que se ataca el matrimonio, se infravalora la maternidad, se banaliza el aborto y se facilita el divorcio.
Sobre la mujer señala que tiene la misma dignidad del hombre, denuncia que "todavía son demasiadas las humillaciones" que sufre en nombre de tradiciones ancestrales y pide combatir todos los actos de violencia contra ella.
También se refiere a los ancianos, que en África no son apartados de la familia y señala que esa "hermosa realidad" debería servir de inspiración a la sociedad occidental.
De los jóvenes dice que son vulnerables debido a la falta de educación, por el desempleo y toda clase de dependencias y les pone en alerta ante las ideologías, las sectas, dinero, drogas, sexo fácil o violencia.
El papa señala que el analfabetismo es uno de los principales obstáculos para el desarrollo de África.
Benedicto XVI pide a los obispos que trabajen por una economía atenta a los pobres y se opongan a un orden injusto y subraya que ante la pobreza crónica de sus poblaciones, "víctimas de la explotación y de malversaciones locales o extranjeras, la opulencia de ciertos grupos hiere a la conciencia humana".
En su línea de defensa de la naturaleza, denuncia a los gobiernos y grupos que contaminan el medio ambiente y causan una desertización "sin precedentes".
En el documento se refiere también a los inmigrantes y denuncia las violencia que muchos sufren en los países donde han ido, "donde se les mira con recelo, ven en ellos peligro, inseguridad y amenaza y esas percepciones llevan a la intolerancia, la xenofobia y el racismo".
El papa reitera que el celibato sacerdotal "en castidad" y aboga por el diálogo ecuménico y el interreligioso.
Benedicto XVI entregará mañana el documento a los presidentes de las 42 conferencias episcopales africanas.