En su reflexión televisiva semanal, en el programa Claves para un Mundo Mejor (19-11-11), Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, se refirió a la ideología de género y a los proyectos al respecto que se encuentran en el parlamento argentino considerando que “al paso que vamos, con ciertas iniciativas parlamentarias, los argentinos saldremos primeros en el campeonato del disparate”.
Mons. Aguer afirmó: “el concepto mismo de género es una especie de talismán que va produciendo un trasbordo ideológico inadvertido. Lo que se pretende es cambiar el sentido común de la gente. Ya no hablar más de sexo sino de género, y el género como algo que se elije, que se va formando con la educación, pero que en definitiva es decidido por una especie de autopercepción”.
“Tal es así que el proyecto de ley que se está gestando en el Congreso impone que una persona, un varón, por ejemplo, que se autopercibe a sí mismo como mujer, con sólo esa declaración bastaría para que pueda ser anotado en el Registro de las Personas cambiándose el nombre y recibiendo un documento con el sexo que él ha elegido”.
“Esta es la cuestión que se nos plantea ahora, de tal manera que en virtud de un completo subjetivismo, esta especie de autopercepción va a llevar, a acomodar la biología, la realidad natural de una persona, a sus perturbaciones u ocurrencias”.
Concluyendo su exposición, Aguer añadió: “La perspectiva de género ha impregnado ampliamente las ciencias sociales y sobre todo ha llegado a los contenidos curriculares de la educación argentina. En realidad es una ideología, que no tiene bases científicas serias. Intenta negar la naturaleza humana y la realidad que encontramos consagrada en las primeras páginas de La Biblia: Dios creó al hombre a su imagen: varón y mujer los creó”.
A propósito de la perspectiva de género, recordamos lo que dice el Documento de Aparecida: “Entre los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar, encontramos la ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia”, (Documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 13 al 31-05-07, n. 40).
Mons. Aguer afirmó: “el concepto mismo de género es una especie de talismán que va produciendo un trasbordo ideológico inadvertido. Lo que se pretende es cambiar el sentido común de la gente. Ya no hablar más de sexo sino de género, y el género como algo que se elije, que se va formando con la educación, pero que en definitiva es decidido por una especie de autopercepción”.
“Tal es así que el proyecto de ley que se está gestando en el Congreso impone que una persona, un varón, por ejemplo, que se autopercibe a sí mismo como mujer, con sólo esa declaración bastaría para que pueda ser anotado en el Registro de las Personas cambiándose el nombre y recibiendo un documento con el sexo que él ha elegido”.
“Esta es la cuestión que se nos plantea ahora, de tal manera que en virtud de un completo subjetivismo, esta especie de autopercepción va a llevar, a acomodar la biología, la realidad natural de una persona, a sus perturbaciones u ocurrencias”.
Concluyendo su exposición, Aguer añadió: “La perspectiva de género ha impregnado ampliamente las ciencias sociales y sobre todo ha llegado a los contenidos curriculares de la educación argentina. En realidad es una ideología, que no tiene bases científicas serias. Intenta negar la naturaleza humana y la realidad que encontramos consagrada en las primeras páginas de La Biblia: Dios creó al hombre a su imagen: varón y mujer los creó”.
A propósito de la perspectiva de género, recordamos lo que dice el Documento de Aparecida: “Entre los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar, encontramos la ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia”, (Documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 13 al 31-05-07, n. 40).