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lunes, 31 de octubre de 2011
Ysócrates Peña afirma es necesario un cambio de mentalidad entidades políticas
El director general del Consejo Regional de Desarrollo (CRD), dijo que sólo logrando la erradicación de los liderazgos mesiánicos y el sectarismo infecundo, por medio de una nueva visión y de un cambio de mentalidad en nuestras entidades políticas, propulsaremos las metas que urgimos para vencer el atraso social y demás males que nos abaten.
Asimismo Ysócrates Andrés Peña Reyes, manifestó que a tal efecto nuestros liderazgos políticos deben aprovechar los muy preocupantes problemas que está generando la crisis moral, social y económica por la que atravesamos, para reflexionar en tal sentido y para asumir un mejor rol dentro de la sociedad, a fin de enrumbarnos ciertamente hacia el desarrollo y a una efectiva justicia y paz social.
Resaltó que para dichos propósitos se requiere de los mismos motorizar profundas transformaciones en los partidos para ponerlos acordes a los cambios que de ellos requieren nuestros tiempos y el mundo moderno, así como también, asumir plenamente los nuevos roles y tareas que de ellos exige y necesita la sociedad dominicana.
El alto ejecutivo del CRD al clausurar en la comunidad de Juana Díaz de esta localidad un foro sobre estrategias para el desarrollo social y político del país, expresó que nuestra nación para arribar a las metas señaladas le urge y a la vez reclama el cese del egoísmo y la falta de unión que han lacerados a los partidos, por ser los factores que han sido los principales generadores de nuestros males y agobios.
Expuso que a quienes les corresponde la delicada misión de ser líderes políticos, deben asumir que así como el egoísmo constituye el peor enemigo de la existencia del amor y la unidad dentro las familias y la sociedad en sentido general, la práctica del mismo en nuestras instituciones políticas es muy dañina por sumergir a sus integrantes en la mezquindad y la mediocridad.
Indicó que para erradicar los males que nos corroen y estacan, se requiere propulsar la renovación y transformación que necesita el país, dentro de un ambiente en el que necesariamente debe primar la solidaridad, la unidad y la confraternidad como parte fundamental del verdadero amor por nuestra patria y del prevalecimiento de los intereses de la colectividad.
Concluyó instando a los líderes de los partidos políticos a conducir sobre bases seguras a nuestra república hacia un progreso y desarrollo humano que reivindique a las dominicanas y los dominicanos, convirtiendo como parte del pasado los errores y fracasos que nos han arrojando los intereses personales desmedidos y las posiciones sectarias e irracionales.