Lic. Jordi Veras.
Siempre he creído que todo en la vida si deseas convencer, la forma más fácil de hacerlo, es con los hechos. Todos podemos ser capaces y tener la facultad para hacer creer a otros que algo es amarillo cuando realmente es verde. O hacer pensar que todo lo que ocurre a tu alrededor es fruto de la percepción y no de la realidad que sí estás viviendo.
Esto indicado más arriba lo digo porque después de ver ciertas cosas que han ocurrido y que se han hecho eco, los que se han convertido en los denunciadores y querellantes principales de la sociedad dominicana, los medios de comunicación que poseen dentro de sus filas todavía esa gama de directores, periodistas, articulistas y comunicadores, que tienen credibilidad ante la población, pero es porque todo cuanto predican lo hacen y conllevan. Es por esto que tienen mayor peso que la mayoría de los que han hecho un comercio de la política a base del clientelismo y la politiquería.
He visto por esos medios periodísticos respecto a la actitud asumida por la mayoría de los senadores, que habían conocido de forma casi unánime el presupuesto enviado por el Ejecutivo, sin observaciones y sin lectura de la pieza. Conllevando con esto que partidas importantes como el 4% para la educación no fuera una realidad, después que muchos ante los ojos de la opinión pública se habían comprometido, sin embargo, ya en Cámara votaron sin leer; obviando con ello lo correspondiente para las diversas comunidades y los ayuntamientos, amén de que muchos de estos legisladores están conscientes de las precariedades y limitaciones de muchas de las comarcas y provincias a quienes representan.
Asimismo, como les fue indiferente lo correspondiente al servicio judicial, lo del Ministerio Público y de la propia Policía. Aún todo lo que se ha hablado sobre seguridad y hacerle frente a la criminalidad, que más que todo es con recursos. ¿Es en esa forma que se hace ejemplo desde el Senado hacia sus gobernados?
Ahora bien, debería sorprenderme yo o todos ustedes, con que la forma de proceder de los senadores ante el presupuesto. Y estoy consciente que muchos tenían una esperanza, aunque nimia, pero la mantenían, de que no actuarían de la misma forma y práctica que se ha visto de todo el que ha tenido mayoría en algún hemiciclo o Cámara, de no pensar en las grandes mayorías. Como dije al inicio, la mejor forma de demostrar si algo es o no, es con los hechos, pues éstos últimos hablaron, esa acción que hemos criticado del presupuesto y el Senado, no deja dudas al respecto. Los constituyentes, ciudadanos, el pueblo o las masas, como usted le quiera colocar, no tienen un chapulín colorado que vele por sus intereses en este ámbito.
Qué pena que nuestra realidad política sigue siendo que todo el que puede subir, no tienen la más mínima intención de cambiar de forma radical las cosas que estando en oposición han criticado y que cuando están en el poder, hacen lo que particularmente les conviene o al partido de turno.
Con muestras como las que he mencionado, no se necesita abrir con el bisturí por completo el cuerpo social, para darse cuenta de que está podrido. La forma no es sentarse a lamentar ni en aceptar lo que está ocurriendo, sino que cada quien adquiera conciencia de su responsabilidad y trate desde su entorno por comenzar a cambiar las cosas pequeñas. Necesitamos de personas que vayan a los cargos públicos a no dejarse comer la cabeza de la grandeza y que piensen que sus puestos son para rendir cuentas a la colectividad y no a un partido determinado.