El pecado capital de muchos libre pensadores dominicanos es que desean hacer cambios y modernidades, pero sin correr los riesgos y las coyunturas que ello origina.
Llevar la modernidad a las cárceles, significa cambiar todo el patrón tradicional, e implementar nuevas formas de tratar a los reos.
No puede haber cambios a medias en el sistema penal dominicano. O se hacen las transformaciones, o se deja el viejo patrón.
Si se plantea que los presos, privado de sus derechos individuales, puedan votar en las elecciones, también, tarde o temprano, se le tendrá que permitir que también tengan derecho de ser elegidos a cargos públicos.
El que vota y elige a un ciudadano a un puesto, tiene el sacrosanto derecho tambien de ser postulado. Es un tema que se abre al debate, y que llegará algún día a la Suprema Corte de Justicia o el Tribunal Constitucional.
Si se modernizan las cárceles y se incluye el derecho de las visitas conyugales, también se tiene que pensar que dentro de esas reformas está el derecho del preso a externar sus opiniones.
Si hay modernización del sistema carcelario dominicano, un preso tiene el derecho a escribir sus opiniones en un periódico de circulación nacional.
Si es un preso aislado, en confinamiento solitario y en castigo extremo, de acuerdo con los reglamentos de prisión, le puede ser prohíbido escribir, por razones disciplinarias.
Pero si es un preso de confinamiento libre, tiene el derecho de escribir, y si hay línea de censura sobre su pensamiento le corresponde aplicarlo al director del medio donde se mandó la información, o al director de Prisiones. Censura de temas, no prohibición a escribir.
Los presos de los Estados Unidos tienen derecho a escribir, y muchos han producido libros que se han convertido en grandes éxitos de librería.
A un preso no se le puede juzgar dos veces por un delito. Si fue sancionado, entonces se debe aplicar la máxima de la sentencia.
Soy claro, si seguimos con el viejo sistema, un preso no tiene derecho a escribir en un periódico. Si nos vamos a la modernización del sistema judicial, tiene todo el derecho de externar su opinión.
Si le permitimos a un preso votar, a otros les tenemos que permitir que escriban en un periódico.
El que comete un crimen tiene que ser juzgdo, sancionado y que cumpla su pena, pero los que se quieren poner el ropaje de autoridades que hacen modernización del sistema carcelario, deben saber que no tienen un juego en las manos.
Nunca las reformas se hacen a medias. Las nuevas reglamentaciones y las aperturas a los presos deben comtemplar que puedan escribir en los medios informativos, salvo que estén cumpliendo sanciones específicas por mala conducta.
Las reformas carcelarias fracasarán si se quieren hacer modernizaciones a medias, y se le teme a los alcances sociales de esas modificaciones en el cementerio de hombres vivos.
Si los presos votan en las elecciones, los presos también pueden escribir en un periódico.
Autor: Manuel Hernández Villeta