Lic. Jordi Veras.
Cuando uno tiene que trabajar como un buey y levantarse temprano para hacer de tu día algo provechoso. Cuando tú cumples con las obligaciones morales y legales que se supone debes seguir y que te impone la sociedad donde participas. Cuando tú tienes el temor de violar la ley, no sólo por su sanción, sino por la educación que te dieron en tu hogar y en tu escuela. Cuando tú tienes que enseñarles a tus hijos lo que es correcto o incorrecto para que puedan conllevarse acorde a los lineamientos de buenos hombres y mujeres. Cuando tú tienes como profesional que manejarte con honestidad, seriedad y responsabilidad, porque así te lo dicta tu conciencia y tu creencia. Cuando por la mente no te pasa dedicarte a ser un ladrón; un estafador; un asesino; un sicario; un empresario atracador de cuello blanco; un politiquero; un religioso pederasta; un diputado y senador sinvergüenza; un padre irresponsable; un esposo o ex pareja violador y abusador o asesino; un mal vecino que se roba la luz del área común o que no respeta las normas vivenciales; un síndico o regidor saca cartera, negociante con el erario o demagogo; en fin, cuando buscas hacer simplemente lo correcto, te pincha y te crea impotencia el ver que un fulano, quien sea el nombre o la posición, se dedique a violar a la ley a nombre o calidad de que es un funcionario público o ministro.
Lo que hemos visto en los últimos tiempos con relación al ministro de la Superintendencia de Seguros, Dr. Euclides Gutiérrez Félix, es muestra de indignación y de irrespeto a la gran mayoría de dominicanos y dominicanas, que sí cumplimos con nuestros deberes y obligaciones. No nos agrada tener que pagar la luz al costo que llega. Aún sabiendo que es de las tarifas más caras que se pagan en América Latina. Que es un servicio deficiente para lo que se paga y los recursos que como Estado invertimos, en perjuicio de los muchos renglones sociales que se dejan de desarrollar por el subsidio que debemos pagar. Sin embargo y a pesar de esto, debo hacerlo, porque nunca he creído en protestar bajo el manto de la ilegalidad, por qué cuál es la calidad que tengo ante los demás ciudadanos. Nadie tiene o debería tener privilegios en una sociedad y mucho menos que esté por encima de la ley.
Si usted no está de acuerdo con el costo o la factura que le cobran, la misma ley establece lo que tiene que hacer para protestar la misma. Pero usted no puede asumir la posición de no pagarla, o de engancharse ilegalmente o de hacer las maniobras de lugar para que su contador no registre lo correcto. Porque este tipo de accionar está en contra de la ley, tan sencillo como eso. Es que debemos aprender como país, como ciudadano, como hombres y mujeres; que violar la ley está prohibido, aunque veamos a presidentes, funcionarios, legisladores, síndicos, diplomáticos, policías, militares, curas, monjas, periodistas, profesionales de cualquier área, grandes, medianos o pequeños empresarios, vecinos, amigos y familiares, que lo hagan; aunque se supongan que todo éstos deben poner el ejemplo y no lo hacen con su accionar, debemos respetar la ley. Porque sobre qué base o fundamento asentaremos nuestra moral y cuestionamiento, si nos colocamos en el mismo 'saco' o comportamiento de quienes criticamos.
Nadie, nadie, pero nadie, no importa el nombre, apellido o calidad, está ni debe estar por encima de la ley y de las instituciones. Esta cultura que tenemos los dominicanos y dominicanas, de que todo debe ser diferente dependiendo de quién es la persona. Debe cambiar. Esa actitud asumida por un ministro como el mencionado, no debe repetirse ni debe defenderse, porque está basada en la ilegalidad y lo inmoral y en la falta de ética. ¿Sorprende ver personas que defienda esta actitud, por politiquería y el hacerse ver? Esto es muestra que tan bajo hemos caído como sociedad. En naciones con instituciones y un respeto más fuerte a la ley, funcionarios así, aún con el historial que puedan tener en sus vidas, tan sólo por ese hecho, no deberían estar ocupando posiciones públicas, porque con eso se descalifican. Que otros u otras lo hagan, no lo justifica.
Cuando se está en posiciones cimeras e importantes o la sociedad le brinda un gran respeto o posición, la obligación de cumplir los parámetros legales y éticos se vuelven más fuertes y exigentes. Aún con la descomposición social que acusamos como sociedad; aún con la inversión de valores que poseemos, no se puede justificar que alguien esté por encima de la ley o se mantenga en violación a la misma. Esto es inaceptable.
Saben que es lo peor, que de forma inexplicable y al momento de entregar este artículo, me entero que de forma inadvertida a mucha gente, incluyéndome, le ha subido el costo de la luz en su factura en proporción de un 50%, o le están facturando más de los días del mes calendario, para que al llegar el costo de kilos consumidos sobrepase la escala correspondiente y verá que su factura viene aumentada. O sea, que no es por asunto de consumo, todavía es mayor la rabia.