Cuando se trata de hacer un análisis con cierta profundidad y rigor acerca de las causas primigenias de la degradación y descomposición que se observa en algunos ámbitos de la sociedad, necesariamente se llega a la conclusión de que la crisis en la familia juega en esto un papel preponderante.
Como célula básica de la sociedad, la familia constituye una estructura determinante para la educación y orientación de los hijos. Las debilidades y desequilibrios en este núcleo esencial se transmiten, inevitablemente, a niños que nacen en hogares con problemas de unidad e integración.
El sorprendente y desgarrador dato de que en el país hay más de un millón y medio de madres solteras, esto es sin el apoyo efectivo de una pareja masculina, se inscribe dentro de este drama familiar, cuyo alcance y dimensión apenas son conocidos con detalle y precisión.
Aunque este preocupante panorama está reflejado en un informe de la Encuesta Democrática y de Salud (Endesa), que abarcó principalmente al Distrito Nacional, la provincia de Santo Domingo y Santiago, parecería que aún no existe la debida conciencia sobre la gravedad de esta problemática social.
Fuera de las inquietudes y los trabajos que en este aspecto realizan el Instituto de la Familia, las congregaciones religiosas y entidades como el Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), al tema no se le asigna la debida importancia en la agenda pública.
Aunque sea por elección, viudez, divorcio u otra razón, las madres solteras enfrentan grandes dificultades porque tienen que suplir en términos económicos y afectivos la ausencia de un hombre que asuma con responsabilidad y dedicación el rol de padre y de compañero.
Como es sabido, las carencias materiales y emocionales son inevitables en hogares monoparentales, a pesar de la entrega de las madres y, según especialistas, esto tiende a provocar trastornos en el desarrollo sicológico de los niños.
Ojalá que este sensible tema sea objeto de un mayor estudio y atención por la incidencia que tiene en la familia y la sociedad.