PEDRO MANUEL CASALS HIJO.
Un verdadero líder es un hombre de principios definidos que con integridad, a través del ejemplo, inspira a los demás. En nuestro país, este tipo de liderazgo hace tiempo que viene extinguiéndose. Los líderes de hoy se crean por medio del dinero y las prebendas. Pero cuidado, que el liderazgo clientelista, solo es tan fiel como su necesidad se lo permita. Al instante en que cesan las “ayudas”, se pierde la “fe” en el líder.
A diferencia del liderazgo forjado a través del trabajo y del ejemplo, que perdura por siempre asentado en el respeto, el líder que se hace explotando las necesidades de los más pobres, se convierte en victima de su propia medicina. Sus más asiduos seguidores son los primeros en “saltar del barco” abandonando a su suerte al capitán, cuando se le acaban los recursos.
Sin embargo, el líder que enseña con su esfuerzo, aquel que con sus hechos ratifica sus posiciones, es admirado y respetado en las buenas y en las malas. Cuando se hunde el barco, es un honor para los tripulantes hundirse junto a su capitán, porque creen en el y saben que para bien o mal, no reniega sus principios.
Este liderazgo es honorable e incorruptible, no hay soborno que lo compre, ni chantaje que lo silencie. Lo sé en carne propia, porque sigo a un hombre que me ha cautivado con sus acciones y sus pensamientos. Un verdadero líder que nos hace identificarnos con sus causas y luchar por ellas. De eso se trata el liderazgo. Captar voluntades para realizar los cambios.
El poder de su liderazgo se fundamenta en algo más trascendente y vinculante que el dinero. No son remuneraciones ocultas ni grotescas prebendas que me unen a él, es su forma de actuar y pensar. El vinculo que me hace sentir por él representar los valores que desde pequeño me han inculcado. Esa vinculación es mucho más significativa que cualquiera que se pueda comprar con dinero.
Ver su preocupación por la nación y nuestro pueblo, saber como le molestan las condiciones de vida del dominicano, observar como le inquieta el futuro de nuestro país. Son las razones que me hacen seguir a un hombre que me demuestra cada día, que nunca debemos perder la fe en la patria y en la justicia de nuestra causa. Ese líder se llama Pelegrin Castillo.