Lic. Jordi Veras
En el mes de junio, dedicamos un artículo con el título “Contra Una Cultura y Una Realidad”, en el mismo hacíamos un análisis, sin pretender, en modo alguno, de llegar a ser psicoanalistas o especialistas de la conducta humana. Sí de nuestra experiencia y hechos de la vida de otras personas, tratamos sobre el aspecto de la violencia alarmante que estamos padeciendo la sociedad dominicana. Aunque estamos conscientes de que el mismo deterioro social y la situación actual, interna y externa, de lo que vemos y escuchamos a diario.
Creemos, volviendo al tema, que debemos hacer un pare en el camino de lo que al nivel de la violencia de género e intrafamiliar que está ocurriendo en nuestro país, ya que los hechos que estamos viendo, en la forma y la cantidad, deben llamarnos a realizar cambios en nuestra actitud como seres humanos y ciudadano, que deseamos una sociedad más sensible y justa.
El artículo que hicimos mención más arriba, hemos querido traerlo a colación de nuevo, porque si bien fue motivado por la muerte de una joven de esta ciudad de Santiago, por la manera tan cruel y todo lo que en el mismo se envolvió. Se nos hace necesario exponerlo nuevamente, porque visto lo que ha estado ocurriendo en las últimas semanas
Lo que se está viendo, con el aumento alarmante, en los primeros cuatro meses del año, respecto a la violencia contra la mujer, es que existen hombres que se creen o piensan que son dueños, señores y amos, de sus ex mujeres y ex compañeras, o tienen el poder de decidir su suerte y destino. Hombres que no aceptan, como psicópatas al fin, que una mujer pueda rehacer su vida o no concibe que una relación tiene fin y más cuando la misma ha resultado un tormento.
He aquí parte del artículo que he tardado en citar, veamos algunos de sus párrafos: “El hecho ocurrido en contra de la joven Gleiry María Muñoz Báez, es posible que no haya sido el más sangriento ni el más grave, que se haya dirigido en contra de una mujer, de las miles que han muerto en los últimos años”. “Sin embargo, es posible, que por la decisión tan desacertada, desafortunada y con un fundamento jurídico bajo, haya creado un nivel de rechazo e indignación en la población, no sólo de Santiago de los Caballeros, sino en el país, en lo mejor que aún nos queda”. “Porque se ha visto como una burla y una ligereza tremenda de un juez ante un hecho criminal, que si bien para él no es considerado grave, el hecho de que un hombre armado, le propine una estocada a esta mujer, cuando incluso estaban los hijos de la víctima en una habitación contigua, es algo para pensar con preocupación el nivel de sangre fría”.
“Es tiempo de que población dominicana, esto nos incluye a todos, comencemos con nuestros hijos e hijas; familiares y seres queridos; amigos y amigas; con nuestros compañeros de trabajo; en fin, hasta con los actores del sistema, abogados, abogadas, jueces y fiscales; a tratar de que vayamos cambiando la cultura errada del machismo y de pensar que la mujer le pertenece al hombre bajo cualquier circunstancia y que podemos disponer de sus vidas y su destino como nos venga en ganas”. “Qué podemos decidir la suerte de una mujer porque está nos esté siendo infiel o porque ya el amor se fue o porque quiere dejar la relación”. “Debemos enseñar a nueva generación de hombres y mujeres, que el respeto debe ser mutuo y que la violencia debe parar ya contra la mujer o viceversa, sin embargo, las estadísticas y la realidad nos muestra que las féminas llevan el peor camino”. “Que dejemos de pensar que en cada situación de muerte de una mujer, existe una simple riña o “pleito entre marido y mujer”.
Continuamos citando “Los que somos padres y madres, debemos aunar esfuerzos para que nuestros vástagos no sigan los errores de generaciones”. “Que no sigan practicando con el corazón cerrado frente al respeto a la mujer y de no ejercer violencia contra ellas. “Debe darnos vergüenza que en un país de apenas 10 millones de habitantes, el número de mujeres asesinadas al año sobrepase las ciento sesenta muertes”. “Cuando en España, un país de más de 40 millones, en el año 2008, se escandalizó porque ese año habían muerto 75 mujeres a manos de hombres”.
Lamentablemente, todo lo anteriormente citado y expresado, es parte de una cultura y una realidad contra la que tenemos que luchar. Si realmente deseamos algo mejor para nuestros hijos e hijas. Iniciemos los cambios en nuestro modo de pensar y los demás cambiarán. Veamos las muertes de estas mujeres a manos de sus victimarios, no solamente como estadísticas, sino como parte de hechos que mañana pueden tocarnos más directamente.