Por Miguel Hernández.
La empresa Barrick Gold tiene 24 concesiones otorgadas por el Estado Dominicano en la provincia Monseñor Nouel, incluida la mina de oro de El Higo, en la Cordillera Central, al oeste de Bonao, donde nacen los ríos Blanco, Tireo, Arroyón y otros afluentes del caudaloso Yuna. Si el pueblo permite la explotación de esta mina en poco tiempo se quedaría sin agua, sin vegetación, y la producción agrícola y ganadera sería historia del pasado.
En la comunidad de río Blanco se ha descubierto una mina de oro con más de 2.5 millones de toneladas de roca mineralizada con un grado promedio de 0.15 onzas de oro por toneladas. Este yacimiento fue localizado en la formación Tireo, con una extensión de 27 kilómetros cuadrados que engloba las localidades Blanco, Río Blanco, El Higo, La Mecha, La Goma y otros.
Esta provincia ya tiene experiencia de los daños que ocasionan la explotación mineral, por lo tanto esta nueva riqueza minera hay que analizarla con toda la atención que merece, dado que esta región ha sufrido muchos engaños, muchas trampas con relación a la extracción de minerales, como es el caso del níquel de Falcondo Xstrata Níkel y los sulfuros de Cotuí que quiere explotar la Barrick.
En este momento debe formarse un frente de todas las organizaciones sociales, populares, campesinas, profesionales, estudiantiles, sindicales, políticas, religiosas, deportivas y la sociedad civil para decirle un rotundo no al gobierno, a la Barrick Gold, a la dirección de minería, porque nuestros ríos, bosques y ecosistemas montañosos no tienen precios. Son criminales los elementos tóxicos que usan en la extracción mineral. Esta situación causa grandes tragedias como la emigración forzosa, deforestación, destrucción de la producción agrícola y la contaminación del medio ambiente.