Por: Agustín de la Cruz -El auge del internet trajo consigo una serie de beneficios e incrementos en la oferta y demanda, que hasta hace unos años parecía imposible lograr.
Se podría decir que la comunicación estuvo controlada hasta entonces por la radio, televisión, periódicos y revistas; donde sus principales protagonistas eran profesionales periodistas que en su mayoría se dejaron sentir con tanta fuerza, que algunos de ellos aun mantienen vigencia, sobre todo en la área de la farándula.
Llega la era cibernética y con la tecnología todos los patrones tradicionales pierden supremacía, dando paso a un nuevo estilo informal de transmitir la información, la cual solo basta que se origine para que en fracciones de segundos este recorriendo el globo terráqueo.
Ya no se habla de cuantos CDs vendió tal o cual artista, hoy la pregunta forzada es cuantos clicks tiene tal o cual video. De igual manera se han incrementado las oficinas publicitarias dedicadas a las promociones artísticas, las cuales a través de notas de prensa utilizan el internet su como su mayor canal de difusión, enviando sus trabajos por email para ser publicados en páginas de alto tráfico.
Sin lugar a dudas son notas bien elaboradas, realizadas en su mayoría desde la comunidad de oficinas dotadas con todas las facilidades y comodidades posibles, además dan la impresión de sentirse los dueños de los medios, al enviarlas con la encomienda que dice “Para Publicación inmediata”.
Pero tendrán estos publicistas el conocimiento del alto costo económico y cuan sacrificado vive el bloguero para poder provocar la atención de sus visitantes a tal punto de lograr mantener e incrementar buenos niveles de tráfico?.
Nos imaginamos que no, y eso lo confirma el hecho de que solo se dan a conocer a través de sus firmas, venden un servicio a medias, para luego complementarlo con las publicaciones gratuitas que obtienen vía internet de páginas a las que creen les hacen un favor dándole material para publicar, pero nada de retribuir los beneficios, no son capaces ni de hacerse eco de nuestras propias notas, se auto consideran el puente entre el cliente y los medios, solo que son de una sola vía; ellos tienen su propio estatus.
Pero sabrán quienes pagan por esas notas que la mayoría no cruzan las puertas de las oficinas que las elaboran? Que son publicadas en sus propias páginas, las que apenas ellos visitan cuando son actualizadas?.
Bastaría con un simple search en google con el título de la nota para descubrir su poca efectividad, sería tan simple como colocar el nombre de sus páginas en “alexa.com” para comprobar su bajo tráfico. Estos publicistas crecen y aumentan tan rápido como logran recibir de nuestro apoyo para sus publicaciones.
Pero que pasará cuando todos abramos los ojos?