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martes, 19 de julio de 2011

Las penas de amor

Escrito por Vilma Pandelo.


Creo que no existe una sola persona que no haya experimentado lo que se siento cuando se ha perdido un amor.

Cuando hablo de perder me refiero a que la pareja se ha ido dejando a la otra persona con un gran dolor, porque muchas veces la persona que ha sido abandonada no se podía imaginar que algo tan hermoso se fuera a terminar. Pero cuando un hombre o una mujer se van es producto de múltiples razones, pero las principales son porque otro amor tocó a la puerta y la encontró abierta, porque se acaba la magia y hay un dolor profundo que no se ha podido olvidar y que las heridas están ahí latentes.

Las penas de amor están al doblar la esquina, porque el hombre, como ser humano se ha convertido en un robot, donde sólo le mueve el sexo y el dinero y el amor?, bien gracias.

El mundo no hay quien lo entienda, si amas poco es mal, porque eres una interesada o inhumana y si amas mucho también es malo, porque eres una tonta e ilusa.
Aunque amando, podemos realizarnos constantemente, porque no todos tienen la misma capacidad de amar, es por eso que la gente dice que amar y querer no es igual.
Muchos aman poco y dejan amar y otros aman mucho y quedan vacios, porque dieron tanto y recibieron poco, que el sabor es tan suave, que no dejó huellas y pasa sin penas ni gloria.

Las penas de amor duran de acuerdo a la persona; si esa persona es débil sufre más porque no sabe cómo enfrentar el dolor y si la persona es fuerte se repone rápido y puede hasta prepararse para otro nuevo amor.

De todos modos son penas de amor y lo que debemos hacer es echarle ganas y buscar siempre la forma de olvidarlas y dirigir las energías hacia otros puntos que llamen la atención y si es otro amor, mejor, así aplicamos el refrán que dice que un clavo saca otro clavo.

En los momentos de ruptura sentimental podemos encontrarnos incapaces de evitar la separación y el dolor que conlleva ese desgarro, pero está en nuestras manos afrontar la crisis de tal manera que el sufrimiento no se haga crónico, y las heridas cicatricen sin dejar huellas y en el menor tiempo posible.

Puedes lograr que el conflicto contribuya a tu crecimiento personal, en vez de instalarse en tu vida a modo de bloqueo en tu desarrollo.

Aquí tienes unos consejos que te ayudarán a conseguirlo. Estos son como bálsamos para las penas de amor:

Afronta la realidad buscando personas de confianza con las que puedas desahogarte y apoyarte mientras afrontas el dolor de la partida.

Concédete todo el tiempo que necesite para asimilar el desgarro emocional que supone la ruptura.

No intentes evitar o huir de los pensamientos o recuerdos que te resultan dolorosos en relación con tu problema sentimental. Para cicatrizar un herida hay que soportar un poco de escozor en las partes afectadas.

No te sientas vulnerable por necesitar ayuda. No descartes la idea de acudir a un profesional de la psicología que te ayude a encontrar recursos para afrontar la nueva etapa y asumir la pérdida y el desamor.

Date ocasión de expresar la tristeza, pero no dejes que ese tema ocupe todo tu tiempo.

Con disciplina, oblígate a realizar actividades que saquen a flote lo mejor de ti. Es un buen momento para retomar actividades que quedaron abandonadas por falta de tiempo.

Trabaja mentalmente con la idea de que la vida es transformación y cuando algo acaba significa también que algo comienza, en otro ámbito y en otra forma. ¡Sal a buscarlo!

Si crees que nunca más podrás amar, por el temor a sufrir, estás bloqueando esa energía natural de tu ser. Concédete tiempo para el duelo, y luego date la oportunidad de seguir viviendo con amor.

Mira un poco más allá de tu dolor y tus circunstancias cotidianas. ¿Quién te necesita? Como devolver con gratitud las ayudas que has recibido en este momento de crisis? Empieza a practicar el amor incondicional.

Una vez que notes las heridas menos dolorosas, atrévete a pensar en todo lo que has aprendido de este mal trago. Alégrate por no haberte dejado ahogar en el dolor emocional. ¡Prémiate por tu coraje!

Si analizamos estos pequeños consejos, te aseguro que se te hará bien fácil salir renovada y airosa de esta tribulación…!Adelante, tu puedes!