Escrito por Monseñor Juan A. Flores.
La Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo es una Misa de agradecimiento. Debemos detenernos a reflexionar y masticar la Palabra de Dios con los dientes del espíritu, estas lecturas referentes a los apóstoles Pedro y Pablo.
En la primera lectura se ve como el pueblo tiene que orar por el Papa y los demás pastores. La oración de los fieles movió a Dios para enviara al ángel a liberar a Pedro de la cárcel y de las cadenas.
En el Evangelio, que todos hemos oído tanta veces, nos recuerda que Jesucristo nos pide obediencia al Papa, los Obispos y sacerdotes, sus colaboradores. Esa obediencia para comprenderla hay que tener una visión de fe y humildad. Sabemos que el Papa es un hombre cualquiera, con la misma fragilidades humanas como nosotros como dice la Carta a los Hebreos en el capítulo 5.
Cuando hablo a la gente sobre el Papa, prefiero decir que Jesucristo le ha dado el carisma, de una manera esencial, para que no se equivoque cuando enseña a la Iglesia una verdad revelada o un principio de moral. Esto no excluye que nosotros permanezcamos orando por él como nos enseña la iglesia primitiva; él también vive orando por nosotros.
En el griego clásico hay dos palabras que hacen regencia al pontificado, la palabra petra que quiere decir “piedra grande, roca”; y la palabra petro que significa “piedrecilla”. Sin embargo, la palabra en idioma hebreo que utilizó Jesucristo fue cefas que significa “roca, zapata, principio de unidad y de firmeza en un edificio”. Con ese término se quiso referir a la designación de Pedro como “piedra grande, principio de unidad y de firmeza en la Iglesia”.
Aprovecho además la ocasión para dejarles unos consejos prácticos sobre las cuatro verdades fundamentales que niegan algunos adversarios:
1. La confesión de Pedro: “Tú eres el Hijo de Dios”. Esta es la confesión de fe de San Pedro donde Jesucristo lo felicitó y le recomienda no hacerse vanidoso porque ese reconocimiento no era obra suya sino del Padre que se lo había revelado.
2. Presencia real e Jesucristo en la eucaristía: no es un mero signo o un mero recuerdo sino, que Jesús está realmente vivo en la Eucaristía.
3. La Iglesia reconoce al Papa, Obispos y sucesores, como verdadera cabeza y portadores de la verdad. De manera que el Papa es un hombre cualquiera a quien le prometió Jesucristo una asistencia especial para que no se equivoque cuando enseña a toda la Iglesia a una verdad revelada o un principio de moral.
4. La verdadera Iglesia cristiana es aquella que venera como madre a la Madre de Jesús, la cual él nos dejos cuando murió en la cruz.
Existen muchas otras verdades pero estas 4 hemos de inculcarlas.
(Fragmento tomado de la homilía Pronunciada el pasado 29 de junio de 2011,
en el acto inaugural de la Casa del Catequista).
El autor es Arzobispo emérito de Santiago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.